A pesar de que fuentes vaticanas habían alertado a la prensa de que León XIV «podría asomarse», al concierto de Karol G y otros artistas en el Vaticano, el Papa se quedó en su casa. Evitó prudentemente acercarse al espectacular escenario posicionado … en la plaza de San Pedro, en una plataforma construida unos metros por debajo del lugar donde celebra sus misas solemnes, pero no tuvo más remedio que escuchar el espectáculo, pues las ventanas de su residencia están a pocos metros del epicentro del show. Seguro que lo disfrutó.
El sorprendente concierto lució gracias al brillo y la sobria elegancia de los artistas y a los fabulosos juegos de luces con drones, que esculpieron figuras sobre la cúpula de la basílica, como iconos de la Virgen María y fotos del Papa Francisco. Los drones de Kimbal Musk, hermano de Elon, se llevaron la mayoría de los aplausos de los entre 70.000 y 100.000 asistentes.
Emocionó la Bichota Karol G, con un elegante vestido oscuro de lurex con lentejuelas. «¡Buenas noches, familia!», saludó sonriente. No se vieron ni sombreros de cowboy ni prendas de color rosa en San Pedro, pero no hizo falta, pues el público estaba a sus pies. Ha sido quizá la actuación más comedida de la carrera de la colombiana, con un registro bellísimo que puede darle algunas ideas para el futuro. Primero cantó un perfecto ‘Mientras me curo del cora’, tan breve que hizo venir ganas de más.
Más tarde, arropada por la columnata de Bernini, mejoró al mismo Andrea Bocelli cantando tomados de la mano un ‘Vivo por ella’ en italiano y en español que puso la piel de gallina. Hasta la plaza de San Pedro se acercaron muchos latinos para escuchar a la Bichota, que tras el concierto dedicó mucho tiempo con paciencia a saludar a los fans.
Karol G junto a Andrea Bocelli interpretando “VIVO POR ELLA” por primera vez en el Vaticano para “Grace For The World” 🇻🇦📍 pic.twitter.com/bGhVAqS6Df
— KAROL G ECUADOR 🇪🇨 (@FCGPOWERECU) September 13, 2025
Por lo demás, Pharrell Williams interpretó ‘Happy’ con el coro gospel de varios cientos de voces ‘Voices of fire’ y consiguió hacer bailar a la plaza; el cantante k-pop BamBam estrenó ‘Angel in disguise’, un tema dedicado a su madre con el que ha conmovió a los romanos; y fueron muy aplaudidos Jennifer Hudson, John Legend y Teddy Swims. Entre medias, intervinieron Noemi Campel, Graça Machel Mandela o el nobel de la paz Kailash Satyarthi, y actuaron Clipse, Jelly Roll y Angélique Kidjo.
El concierto, precedido de una inusitada campaña de publicidad, se titulaba ‘Grace for the World’, ‘Gracia para el mundo’, y clausuraba el ‘World Meeting on Human Fraternity’ organizado por una fundación ligado a la basílica de San Pedro que promociona valores ligados a la encíclica «Fratelli tutti» del Papa Francisco. «La ceremonia se propone como una plataforma multimedia para celebrar un gran ‘abrazo humano’ simbólico, la fuerza de la fraternidad y el compromiso con la protección de la Creación», habían escrito los organizadores.
Para explicar el espíritu del concierto, algunos de los artistas han ido publicando mensajes en redes sociales a lo largo de la semana. «Es uno de los raros momentos culturales en los que el mundo se detiene y sintoniza al unísono. Es un mensaje de unidad y gracia para toda la humanidad», escribió el rapero Pharrell Williams, quizá una de las personas más influyentes en las tendencias de moda y cultura del mundo actual. Por su parte, Andrea Bocelli escribió que la idea es «resaltar la humanidad a través de la música desde el corazón mismo del cristianismo y la plaza espiritual más importante, llegando a todo el mundo con un único mensaje de fraternidad y paz».
No es habitual ni normal ver conciertos pop en el Vaticano, tampoco bailar en la plaza de San Pedro. No es la primera vez que actúan artistas internacionales en la plaza de San Pedro, pero sí la primera que lo hacen dentro de un espectáculo autónomo tan largo -éste ha durado dos horas-, desligado de encuentros con el Papa o vigilias de oración. En este caso, muchas de las canciones eran oraciones o incluían fragmentos con estilo góspel. Sin estridencias, la excepcionalidad de la ocasión dio fuerza al mensaje del encuentro: mostrar la belleza de las personas para recuperar un poco de humanidad. «Grace for the world», «Gracia para la humanidad».