Plantea Leticia Dolera un montón de preguntas en el guion que firma junto a Almudena Monzú de los seis capítulos que conforman la serie. También presenta a una serie de personajes que viven en un mar de contradicciones. Los férreos defensores de la libertad de la mujer aquí tienen algunos cadáver bajo la alfombra; las que nunca se han planteado que un caso de violencia sexual llegara a salpicarlas, como esta Estel, tienen que encontrar herramientas para gestionar sobre la marcha. “Me pareció interesante no informarme demasiado porque eso es lo que le sucedía a Estel. Si hubiera tenido que hacer de abogada hubiera sido otra cosa, pero Estel vive en la ignorancia. Le provoca un respeto entrar en eso que a mí, como actriz, me interesaba. Había algo también de una mujer que piensa ‘yo no puedo más y me pongo en vuestras manos porque no tengo mecanismos y no sé qué hacer’”, cuenta Túrnez. “Poder interpretar un personaje así, con tantas capas, es un caramelo para una actriz. Hace un arco superinteresante. Lo que me resulta más atrayente de Estel es el momento en el que ella empieza a ser consciente de algo que rechaza: llegan el miedo y la negación. El vaivén que se da en el personaje, que avanza y retrocede, me parece superrico y superreal”.
El personaje de Betsy Túrnez es prácticamente un arquetipo. Una mujer probablemente autodefinida como un poco feminista hasta que le tocan lo suyo: el hijo de Estel es el único de los acusados que se enfrenta a una responsabilidad penal por tener 14 años. “Se ha avanzado muchísimo en el movimiento feminista, pero todavía hay muchísimas Esteles. Me parece interesante que lo que se muestra no es una caricatura, es algo muy real. Y todas esas Esteles que vean la serie se podrán sentir identificadas y eso supondría abrir muchas ventanas. Para eso sirve el cine y lo que contamos”, comparte la actriz. “No fue un trabajo difícil de hacer porque yo también tengo mis contradicciones. He tenido discursos poco feministas y he ido aprendiendo. He normalizado muchas cosas por la educación que tengo, el entorno del que vengo… Muchas convicciones luego las he tenido que romper. Aunque yo no usara el discurso de Estel, hace muchos años lo habría podido utilizar completamente”, continúa. “No ha habido ni una frase de Pubertat que me haya tenido que plantear cómo decirla porque son cosas que he usado en el pasado. Cómo no voy a decir algo como que se tiene que notar que el sistema judicial es patriarcal cuando mi hijo puede quedar lacrado de por vida”.
En Pubertat, rodada originalmente en catalán, pero disponible también doblada al castellano, la cultura catalana está presente en todo momento a lo largo de la serie. “Ese mundo me sorprendió gratamente y mira que yo soy catalana. Nunca me había interesado por el mundo de los castells porque lo englobo en el contexto de la sardana y demás. Soy catalana, pero también tengo una parte muy castellana y todo ese mundo siempre lo he visto muy lejano”, reconoce Túrnez divertida. “A mí no me hagas explicarte qué es un tres de nou [una estructura habitual] porque lo han intentado mil veces. Tampoco es que yo quiera formar parte de una colla castellera así que lo entiendo en el momento y luego se me olvida. Sí se me ha revelado una sensibilidad hacia todo esto. Ahora, cuando veo un castell ya no me voy a la otra punta de la plaza”, continúa antes de compartir un hecho curioso: “Una chica del equipo se metió a castellera a raíz del rodaje”.