Esta semana, Mar Flores se acercaba de nuevo, y tras años de silencio, a un nutrido pero seleccionado grupo de compañeros de la prensa social en un céntrico hotel de la capital para presentar sus memorias ‘Mar en calma’ (La Esfera de los Libros). Por un lado, compañeros veteranos, testigos en primera persona del tormentoso pasado sentimental de la modelo, que a día de hoy sigue generando polémica. Por otro, los periodistas más jóvenes abrazan a Mar con el deseo de querer empatizar con ella y no repetir, sobre todo, algunos juicios de valor que se cometieron en el pasado por culpa de una sociedad machista que declaran extinta, aunque sigue latente.
Esta que escribe fue testigo de ese encuentro en el que pude comprobar que, a sus 56 años, la modelo sigue manteniendo casi intacta esa belleza y clase innatas que la convirtieron en uno de los mitos sexuales de los 90 y una de las protagonistas de las revistas del corazón. Asegura sentirse más fuerte y más en paz que nunca, gracias a años de terapia psicológica que le han proporcionado la valentía de reescribir su propia historia, la que vivió en sus propias carnes y que le causó heridas, algunas de las cuales nunca cicatrizarán, y lo sabe.
Mar ha decidido reavivar los fantasmas del pasado en este libro, sobre todo por sus cinco hijos: Carlo, Mauro, Bruno, Darío y Beltrán. A estos cuatro últimos, alejados del foco mediático hasta el momento, les comentó el proyecto este verano en el transcurso de una cena y, aunque no nos dijo si lo habían leído, sí cuenta con su beneplácito.
Diferente es la historia con su primogénito, Carlo, al que dedica muchas páginas y al que entregó un ejemplar con la esperanza de que algún día pueda perdonarle algunos errores del pasado, pero también abrazarla como la madre coraje que puso patas arriba un país para recuperarle cuando su exmarido se lo arrebató de la guardería, o más recientemente prestándole toda su ayuda tanto económica como personal para evitar que entrase en la cárcel, tras ser condenado a 21 meses de prisión por un delito de estafa agravada. Quiere estar cerca de él y espera que, ahora que se ha convertido en padre, pueda entender mejor algunas de las situaciones del pasado.
Mar presume de ser abuela y quiere disfrutar de ese nuevo papel; por eso ha abrazado a Alejandra Rubio, madre de su nieto, con cariño y esperanza de que, con el tiempo, puedan llegar a ser una gran familia, en la que también incluye a su no menos popular consuegra, Terelu Campos, a la que confiesa le escribió una carta y le envió un centro de flores de Pascua. Porque, aunque asegura haberse sentido atacada en el pasado por ella en algunos platós de televisión, si algo tiene es que no es rencorosa, y lo de emparentar entiende que no estaba en los planes de ninguna de las dos.
Pasado
Mar Flores solo derrama lágrimas por sus padres. La pequeña de cinco hermanos tuvo que lidiar demasiado temprano con una madre gravemente enferma, pero muy estricta, que, como muchas mujeres de su época, veía en el matrimonio el verdadero éxito social. A pesar de que muchos la critican por haber escrito una realidad distorsionada, la modelo no tiene reparos en hablar de sus duros comienzos en París, de sus apuros económicos e incluso del error de haber querido quitarse la vida allá por febrero de 1999, cuando toda España hablaba de la portada de la revista Interviú en la que aparecía junto al conde Lecquio, y que la ley ampara a día de hoy en una sentencia ejemplarizante del Tribunal Supremo a favor del derecho a la intimidad, ratificada en 2004.
Revista ‘Diez Minutos’
Pero, si hay algo que suscita polémica en las tan comentadas memorias de Mar Flores, es su pasado sentimental. Consciente de lo que suponía remover el avispero, no le han sorprendido las reacciones de sus ex. De hecho, sabía que solo su exmarido y padre de cuatro de sus hijos, el empresario Javier Merino, iba a ser el único que no se iba a pronunciar al respecto. Para él solo tiene palabras de cariño y agradecimiento, y aún no entiende por qué la dejó, obligándola a tener que reconstruirse después de 18 años de matrimonio. «La decisión de terminar no fue mía, fue de Javier. Cuando a una mujer como yo, que ha formado parte del mundo de la moda, le dicen ‘hasta aquí’, ‘ya no continuamos’, lo que sientes es que te están rechazando. Como mujer me sentí muy dañada», confiesa Mar en sus memorias. A él quiso darle un ejemplar para que lo leyese, pero según ella de momento ha preferido no hacerlo, aunque conoce su vida mejor que nadie. Tampoco se ha desvelado la identidad de ese amor reciente con el que Mar estuvo a punto de casarse de nuevo, pero que fracasó en la clandestinidad por el miedo de este a perder algo tan valioso como el anonimato.
Portada de la revista ‘Semana’
Ex a la carga
Otras de sus exparejas sí han aprovechado estos días para cargar contra ella de forma despiadada y ofrecer su versión de los hechos, no reparando en algunos casos en que el amor es involuntario, y despreciarlo después de haberlo vivido es un veneno que demuestra inmadurez emocional. «Es humano tropezar varias veces en la misma piedra. A mí me ha sucedido y no tengo por qué pedirle perdón a la humanidad. Hay muchos pijos sin oficio ni beneficio que tienen habilidad para seducir, pero pocos la tienen para mantener a su lado a una mujer. Aquella que permanece junto a un hombre de esas características gasta tan poco cerebro y tan poca sensibilidad como él», respondía hace muchos años Mar Flores en una entrevista en ‘El Mundo’ al ser preguntada por su relación con el conde Lecquio.
A él le agradece en público y por escrito el haberla ayudado a recuperar a su hijo, pero no le perdona la traición de las polémicas fotos íntimas de las que guardó copias tras aquella Nochevieja especial en Roma. Tras varios días en el ojo del huracán, el conde Lecquio decidió explotar este viernes en ‘El tiempo justo’ (Telecinco), junto a Joaquín Prat, donde aseguró sentirse cómodo. «El señor joven sin un duro se enamoró y ya no quería compartirla, quería que se fuera solo con él. Entonces intentó convencerla y, cuando ella le dio viento, él ideó un plan para que el señor mayor la dejase», explicó refiriéndose al polémico triángulo amoroso que formaron en su día la modelo, el tristemente desaparecido Fernando Fernández Tapias y él. Algo que ella niega categóricamente en sus memorias. «Le salió el tiro por la culata y se quedó sin el dinero. Ella se quedó sin el negocio que se traía entre manos, que era el señor mayor. Le hice una encerrona», confesó, a la vez que dijo no sentirse orgulloso de ese capítulo de su vida que nunca contará a su hija. «A lo mejor tiene que pasar por terapia para tratarse esa agresividad que tiene hacia la mujer», le respondió la modelo desde el plató de ‘Y ahora Sonsóles’ (Antena 3), donde anunció que va a volver a colaborar esta temporada. Para ella, Fernández Tapias fue conexión más que amor, el único hombre que la ayudó a recuperar a su hijo cuando más lo necesitaba y del que se pudo despedir la primera vez que ingresó en el hospital, gracias a la complicidad de unos amigos en común.
Portada de la revista ‘Diez Minutos’
Otro que se desmarca es Cayetano Martínez de Irujo, el duque de Arjona, a días de casarse con Bárbara Mirjan, quien aseguraba no tener miedo al contenido de las memorias a pesar de que «es una persona que miente tanto y que se inventa tanto, pues nunca sabes». Por su parte, la modelo defiende que ambos estuvieron muy enamorados y que la presión familiar de los Alba acabó dinamitando la relación. «Fue la horma de mi zapato en el peor de los sentidos. Yo, que pensaba que todas las mujeres estaban a mi disposición, saboreé mi propia medicina: era una mujer maquiavélica y fría, de doble personalidad», escribió Cayetano en sus memorias sobre Mar hace unos años.
Portada ‘Diez Minutos’
Y de momento, ni rastro de Elías Sacal, el rico empresario mexicano con el que Mar aseguró haber encontrado el equilibrio, pero que no ha merecido ni una línea de sus memorias. Tampoco se sabe aún cómo ha reaccionado su primer marido y padre de su hijo Carlo, el también aristócrata italiano Carlo Costanzia. «Empezó con pasión y terminó con terror», confesó en el plató de Antena 3. Ella espera que él no responda por el bien de la estabilidad familiar, aunque las últimas palabras que le dedicó: «Espero que sea mejor abuela que madre…», dejaron muy dolida a la modelo.
La Mar Flores de hoy sigue siendo, según ella, «muy soñadora» y se atreve a pronosticar su futuro: «El día de mañana voy a necesitar más que amigos, voy a necesitar una pareja para sentirme realizada del todo». Todo lo que tiene, poco o mucho, malo o bueno, asegura haberlo ganado ella sola trabajando.
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