Querida, Hailey Bieber: gracias por mostrarnos el ‘look’ de entretiempo perfecto para la Gen-Z
Ni queremos que se acabe el verano, ni queremos devolver nuestras sandalias de dedo al fondo del armario para que aguarden a la próxima temporada. Esta temporada otoño-invierno 2025-2026 queremos alargar su vida útil –siempre y cuando las temperaturas nos lo permitan– y crear los looks con los que las escandinavas y ahora Hailey Bieber nos están deleitando en los últimos meses.
Si un modelo de calzado se está haciendo con todas las papeletas para convertirse en el calzado favorito de las insiders esas son las chanclas de toda la vida: los modelos de dedo también conocidos como flip-flops. Aunque seamos sinceras, ya se alzan con la primera posición. Desde The Row hasta Chanel, pasando por las mitiquísimas Havaianas, las chanclas han pasado de ser un básico relajado en nuestros armarios estivales a un must-have de nuestros looks más cool.
La fundadora de Rhode se inclinaba por pasear por la Gran Manzana con un total look en negro compuesto por básicos cuyo estilo distaba mucho entre sí, pero que llevados conjuntamente dieron lugar al estilismo perfecto para el entretiempo: unos pantalones de pinzas de corte recto, un tank top, las sandalias en cuestión y un mini bolso acolchado.
Lo más fascinante de este giro estético es la forma en la que la Gen-Z, con Hailey Bieber como portavoz indiscutible, se atreve a dinamitar las normas del buen vestir. Lo que antes parecía un error estilístico –mezclar lo que asociamos a la playa con la solemnidad de un pantalón de pinzas– ahora se convierte en el ejemplo más depurado del estilo effortless. Es el triunfo de la contradicción preparada: un contraste tan radical que termina generando equilibrio visual y, sobre todo, poder estilístico.
No podemos olvidar tampoco que este tipo de mezclas beben del imaginario escandinavo, donde el minimalismo nunca ha estado reñido con la funcionalidad. Si allí aprendimos a llevar calcetines con sandalias Birkenstock o zapatillas con vestidos lenceros cuando aún parecía impensable, ahora son las chanclas las que encuentran un espacio legítimo en estilismos urbanos.