Jennifer Lawrence es El lado bueno de las cosas, Los juegos del hambre, Mother!, No mires arriba, Passengers y X-Men. Su actuación en la primera le sirvió el Oscar a Mejor actriz y desde entonces, todos los premios y nominaciones de su carrera solo han ayudado a confirmar lo que ya sabíamos: que es uno de los rostros imprescindibles de Hollywood. Méritos, todos ellos, que hablan por sí solos y que acompañan a una actriz con una autenticidad y un humor únicos, capaces de encontrar las respuestas perfectas y también, las más ingeniosas. A sus papeles anteriores en la gran pantalla se le suma, ahora, otro distinto: representar al nuevo reloj de Longines en la última campaña de la firma.
“Longines tiene una historia muy rica y creativa detrás de la marca, y siempre me ha atraído la atemporalidad de sus piezas”, relata sobre este nexo que la ha llevado a ver los relojes más allá de la utilidad, transformándose para ella en joyas preciadas. “He creado una colección durante los últimos años y me encanta combinarlos con lo que llevo puesto, ya sea para dar un paseo por la calle o para asistir al estreno de una película en la alfombra roja de Cannes”.
Multifuncionalidad que, en su estilo, ha evolucionado con el paso del tiempo: ahora combina las últimas tendencias (donde tienen cabida, por supuesto, piezas como los pañuelos) con piezas minimalistas y clásicas. Aunque la inspiración no es la tradición, si no esa esencia effortless pulida, al estilo de las francesas. O tal y como ella prefiere definirlo: “Sin esfuerzo. La naturalidad es una cualidad que trasciende las tendencias”.
Aunque más allá del último dictado de las pasarelas, lo que ha influido en su forma de vestirse -y en abrazar esta apariencia relajada que la caracteriza- ha sido la maternidad. “Valoro mucho pasar las mañanas con mi familia, tomar café con mi marido y levantar a mi familia para empezar el día. Aprecio poder prepararme rápidamente para disfrutar de ese tiempo juntos, por lo que la naturalidad en la moda es importante para mí”, afirma.
Sharif Hamza
Sharif Hamza
Una elegancia discreta a la que, asegura, siempre regresa, aunque sin recurrir a fórmulas fijas. “No hay una sola prenda a la que vuelva una y otra vez, sino que siempre vuelvo a looks clásicos y chic”, relata acerca de este estilo en el que hay cabida para accesorios con un gran valor sentimental. “Cuando mi marido y yo nos casamos, mi cuñado me regaló un reloj que su padre le había dado cuando era más joven, lo cual fue un gesto muy significativo. También fue mi primer reloj de verdad y cambió mi perspectiva sobre los relojes”, cuenta, haciendo un guiño a su privada vida familiar.