La boda a finales de verano de Abby Champion y Patrick Schwarzenegger en Coeur d’Alene, Idaho
En 2015, Abby Champion y Patrick Schwarzenegger se conocieron mientras ella salía de copas con un amigo común en Los Ángeles. Él invitó a algunos amigos más a unirse con ellos en el bar, incluido Patrick. Enseguida saltaron chispas entre los dos. “Consiguió mi número, me pidió salir y el resto es historia”, cuenta Abby.
Ocho años después, Patrick le propuso matrimonio a Abby durante un paseo matutino por la playa de Santa Mónica. Al principio, ella no le dio importancia: Patrick y ella solían dar esos paseos con su café. Sin embargo, a lo lejos, vio un corazón de rosas en la arena. “Fue un momento íntimo, relajado y todo lo que había imaginado”, dice de su pedida de mano.
El actor y la modelo celebraron su boda a principios de septiembre en Coeur d’Alene (Idaho). Ashley Graham Events actuó como organizadora de la boda, bajo la dirección del propio Patrick. “Lo curioso es que la personalidad de Patrick es más de meterse en las flores y los pequeños detalles, así que ayudó en muchas cosas, y eso me encantó”, dice Abby.
El jueves 4 de septiembre celebraron una íntima cena de ensayo con sus familias y la comitiva nupcial, para la que Abby lució un vestido de Zimmerman que describió como “algo salido de un sueño”. Patrick, por su parte, eligió un traje azul de Tom Ford. El viernes, los invitados se reunieron en una barbacoa de bienvenida con temática del Oeste en el cercano rancho Gozzer. La novia llevaba un vestido de encaje de manga larga de Bec + Bridge, botas negras de cowboy y un sombrero negro. “La noche del Oeste fue un ambiente totalmente diferente y, siendo sincera, uno de los looks más divertidos del fin de semana”, dice Abby.
El sábado 6 de septiembre, Abby se dirigió al altar con un vestido columna de lana de seda con cuello alto y espalda en ‘V’ de Danielle Frankel. En lugar de una cola tradicional, la novia optó por una sobrefalda de seda con un forro pintado a mano. Lo combinó con unos suaves guantes de tul y un velo hasta la punta de los dedos. “Para mí, el vestido y quién lo diseñara era muy importante”, dice la novia. “Dado que la moda forma parte de mi profesión, sabía que quería trabajar con alguien con quien me sintiera completamente cómoda, alguien con quien pudiera compartir abiertamente mis pensamientos y opiniones. Desde el momento en que conocí a Danielle, supe que era la indicada”. La modelo lució unos pendientes de diamantes y un anillo de perlas de la joyería Mackenna Thaler, mientras que Abby Moorer se encargó de peinarla y maquillarla.