Puede que Nueva York siga siendo territorio de chanclas, pero muchos asistentes a los desfiles estaban impacientes por adelantarse a las tendencias clave del otoño, con tantas botas como sandalias presentes en el front row. Aunque no faltaron las botas holgadas, junto a tacones altísimos, muchas de las botas eran refrescantemente sencillas, e incluso nos atreveríamos a decir que aburridas. Estas parten de un movimiento hacia un street style minimalista, perfecto para la vida real, que se ha impuesto en Nueva York esta semana.
Edward Berthelot/Getty Images
Edward Berthelot/Getty Images
Dondequiera que hubiera un dobladillo corto, había también un par de botas planas y hasta la rodilla; un clásico que sirve de base a todos los conjuntos de transición, sin dejar de parecer elegante. El estilo dominante fue sin duda el minimalista negro, con un acabado brillante y muy poca decoración. Lo mejor de invertir en un par de botas de este tipo es que servirán de base a todos tus vestidos y faldas, sin necesidad de construir estilismos complejos.
Es una extensión de la tendencia de las botas de equitación que marcas como Toteme y Ferragamo han acelerado en los últimos años, y que ya Vogue declaró el otoño pasado como una oleada “Jilly Cooper” gracias al dominio de las botas ecuestres. Así este año, las botas de montar siguen teniendo presencia en el street style, aunque hay muchas versiones más elegantes, sin hebillas ecuestres, si no quieres vestirte como la princesa Ana de camino al establo.
Francesca Babbi