No ha empezado casi el otoño y ya casi estamos cansadas de ver el mismo calzado por todas partes: las botas marrones representan esa fiebre con la que octubre promete atosigarnos hasta límites insospechados, como un fichaje que se antoja imprescindible alineado con el color por excelencia que también está acaparando mayor número de búsquedas en Google.
Casi se antoja como un gesto romántico nadar a contracorriente, escoger otras alternativas que se salgan de este denominador común de 2025. Ahí están, como un bastión que resiste a las tendencias, aquellas que acuden a los desfiles calzando sus pies en opciones que las desmarquen del resto. Para las que no quieren ir como las demás, Milán (y Londres) siguen siendo una fuente de inspiración gracias a las botas moteras que también se han ido repitiendo entre las expertas de las fashion weeks.
En la ciudad italiana no resulta extraño esta elección. El diseño cañero que popularizó Miu Miu en otoño de 2022 sigue estando de plena vigencia unas cuantas temporadas después, como un básico absoluto del armario. Vale, sí, las botas moteras / grunge nunca han pasado de moda, pero cuesta imaginar un aliado estilístico más infalible para acompañar un vestido corto o una minifalda. Por algo fueron la opción absoluta de los looks off-duty de las modelos a comienzos de los 2000: su suela plana, en contraposición a tanta plataforma y tacón, y su toque desaliñado eran la guinda del pastel a unos vaqueros y un tank-top.
Francesca Babbi
Mattia Arioli
Vincenzo Grillo