Carolina Herrera Perfumes crea ‘La Bomba’, su aroma más audaz hasta la fecha
Diana Vreeland, legendaria editora de Vogue y Harper’s Bazaar, se granjeó el apodo de ‘emperatriz de la moda’ por su extravagancia, su curiosidad y su buen gusto. Carolina Herrera recibió de esta el suyo, ‘la bomba’, por su energía arrolladora, su alegría y su impecable sentido de la elegancia, capaz de transformar la atmósfera de cualquier habitación con su solo acto de presencia. Más de cinco décadas después, el nuevo perfume de Carolina Herrera recibe su nombre de esta anécdota personal: La Bomba ya puede adquirirse en puntos de venta seleccionados y tendrá su lanzamiento global en otoño.
“Diana Vreeland fue una persona muy importante para mi madre, además de quien la animó a crear su primera colección. Al recuperar este apodo, lo que queremos es celebrar a las mujeres que se atreven a ser su mejor versión, a vivir con intensidad, a expresar sus sentimientos con libertad. Be Loud, Be Free [eslogan de la fragancia], lo dice todo”, cuenta a esta cabecera Carolina Adriana Herrera, directora de Carolina Herrera Perfumes, a propósito del nuevo lanzamiento de la enseña: una fórmula con la que la firma busca replicar el éxito sin precedentes de Good Girl, su famoso tacón de aguja con interior floral ambarado que, según declaraba el portal de noticias independiente Puck en febrero de este año, alcanzó el cotizado galardón de ‘fragancia femenina más vendida’ en 2024.
¿Qué inspiró su creación?
“Los grandes perfumes de Carolina Herrera siempre han sido florales, ya que las flores forman parte de nuestro lenguaje. En La Bomba sorprendentemente no hay jazmín, que es un icono de la casa y el ingrediente principal de Good Girl, pero tiene una variedad de peonía especialmente exuberante. También incluye una vainilla muy especial. Nuestros perfumistas –Christophe Raynaud, Quentin Bisch y Louise Turner– han extraído de esta última una tintura muy luminosa y solar, radiante y llena de energía”, añade Herrera, que reconoce que después de las fórmulas anteriores “el listón estaba muy alto”.
Por suerte, los narices responsables de esta nueva creación parecen decididos a superar expectativas, por muy elevadas que estas sean. “Desde el principio, nuestra ambición fue capturar la esencia de una fémina que florece, baila, ríe y se adueña de cada espacio al que entra. Visualizamos una flor abriéndose en un estallido de color, símbolo de una mujer que abraza plenamente su feminidad. Ese espíritu fue el latido de La Bomba desde el primer día”, aseguran. Como broche y guiño a esa intención, un packaging escultórico y fantasioso completa la experiencia siguiendo la estela de las anteriores creaciones de la casa. Carolina lo explica: “Si una fragancia es buena, el frasco tiene que ser todo un espectáculo. La idea de la mariposa surgió como un guiño a la naturaleza y a la exuberancia tropical. También queríamos rendir homenaje a esa parte latina, que es fundamental en nuestra identidad y nuestro ADN”.
Para ello se decidió utilizar la mariposa, un símbolo de transformación, renacimiento y libertad. “Diseñar un frasco siempre es un reto técnico. Dimos muchas vueltas hasta lograr la forma y las proporciones adecuadas, porque debe ser escultórico, pero también práctico desde el punto de vista de la producción. Por ejemplo, nos costó mucho encontrar el color exacto: aunque el rojo y el rosa son una combinación de colores 100 % Herrera, no servía cualquier tono. También quisimos incluir un guiño a la moda, así que el tapón lo forman una pieza metálica y una piedra rosa que también está en nuestros bolsos”, añade.
Una dimensión floral con un toque frutal
La triada de perfumistas se encargó del resto. “El aroma tenía que ser audaz. Tenía que decir algo. No queríamos un floral suave o sutil, queríamos una declaración”. Una visión que tradujeron valiéndose del acorde de pitaya roja para aportar el aspecto salvaje, jugoso y afrutado, que añade una chispa instantánea de color a la fragancia. Con la nota de franchipán se introdujo una dimensión ultra floral, mientras que con la de peonía cherry se agregó un toque de fruta roja que intensificó aún más la explosión aromática. Finalmente, la vainilla combinada con pachuli aportó profundidad y calidez, añadiendo una variante casi narcótica que seduce, eso sí, sin pretenderlo.
“La peculiaridad de La Bomba es que es una fragancia diseñada pensando en quien la lleva. Si te fijas, apenas hay referencias a la sensualidad o la seducción, porque no es un perfume pensado para cautivar a los demás, sino para expresarse en libertad. Y es cierto que la libertad puede resultar muy seductora, pero no es lo prioritario aquí. Es una celebración de la espontaneidad, la belleza, la naturalidad y la alegría de la mujer Herrera”, sentencia la directora de Carolina Herrera Perfumes. Palabras que conectan con las respuestas de quienes ya se han dejado seducir por su fragancia, y que para Herrera suponen la confirmación de otro éxito. “Me divierte mucho ver las reacciones de quien huele La Bomba por primera vez: ‘sensual’, ‘me lo quiero beber’, ‘me pone de buen humor’, ‘es magnético’, ‘fresco y adictivo’… Ahí pienso: ¡lo logramos!”.