La entrevista con Luis Quiñones, piloto retirado del ejército de los Estados Unidos, especialista en seguridad militar y asesor en temas estratégicos, ha dejado importantes revelaciones sobre la situación actual en Venezuela y el impacto del narcotráfico en la región. Quiñones no solo confirmó el arresto de uno de los 19 miembros de alto rango del Cártel de los Soles, sino que también explicó cómo este evento puede marcar el inicio de una serie de operaciones más contundentes lideradas por las fuerzas estadounidenses.
En este artículo analizamos punto por punto lo que se discutió en la entrevista, los detalles del arresto, el despliegue militar de EE.UU. en el Caribe, el papel del narcotráfico en las estructuras militares venezolanas y las posibles consecuencias para el régimen de Nicolás Maduro.
El arresto clave: un alto mando del Cártel de los Soles
Según lo narrado por Quiñones, el arresto ocurrió de manera inesperada. El individuo intentaba escapar hacia Cuba utilizando una embarcación de pasajeros que navegaba por aguas sospechosas, frecuentemente utilizadas para operaciones de narcotráfico. Fue la Guardia Costera de Trinidad la que detectó irregularidades: un pasajero nervioso, con pertenencias personales como si estuviera mudándose definitivamente, levantó sospechas inmediatas.
Al identificarlo, las autoridades locales notificaron a las fuerzas estadounidenses, quienes se hicieron cargo de la operación. El detenido fue trasladado rápidamente a Miami y posteriormente a Washington, donde se le impondrán cargos oficiales.
Lo más relevante es que este arresto representa un golpe directo al Cártel de los Soles, una organización criminal vinculada a altos mandos militares venezolanos y señalada de manejar rutas de narcotráfico hacia América, Europa y hasta Asia.
El Cártel de los Soles y su influencia en Venezuela
El Cártel de los Soles no es una organización común. Según Quiñones, algunas de sus operaciones se llevaban a cabo dentro de instalaciones militares venezolanas, lo que confirma la penetración del narcotráfico en la estructura estatal.
Esta conexión entre ejército y narcotráfico no solo fortalece al régimen de Maduro, sino que también dificulta la desarticulación del cartel, ya que se confunden intereses militares con operaciones criminales. Para Estados Unidos, este nivel de infiltración convierte la lucha contra el narcotráfico en un asunto de seguridad nacional.
El despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe
Uno de los puntos más llamativos de la entrevista fue la confirmación del despliegue militar estadounidense en Puerto Rico y el Caribe, incluyendo aviones F35B, barcos de guerra y sistemas de vigilancia avanzada.
Quiñones aclaró que este despliegue no es una simple demostración de fuerza ni un gasto sin propósito (estimado en 50 millones de dólares diarios). De hecho, lo comparó con el poderío utilizado en la Batalla de Midway durante la Segunda Guerra Mundial. La presencia de este nivel de armamento confirma que Washington contempla operaciones directas contra líderes del Cártel de los Soles y posiblemente contra el círculo cercano de Maduro.
¿Invasión o captura selectiva?
Uno de los debates centrales gira en torno a si este despliegue anticipa una invasión militar a gran escala o si se trata de operaciones de extracción selectiva.
Quiñones fue claro: “Esto no es una invasión. Se trata de capturar prófugos de la justicia que han hecho daño no solo a Latinoamérica, sino también a Europa y otros continentes”. La estrategia, según explicó, consiste en golpear directamente a los líderes responsables del narcotráfico, evitando enfrentamientos masivos contra la población o las fuerzas armadas venezolanas.
La respuesta militar de Venezuela
Frente a esta presión, el régimen de Maduro ha intentado mostrar músculo militar con despliegues en la isla de La Orchila y la construcción de presuntos búnkeres para proteger a los cabecillas del cartel. Sin embargo, Quiñones minimizó estas capacidades.
Explicó que la mayoría de los aviones venezolanos no están operativos, los radares no pueden detectar a las aeronaves estadounidenses y los tanques son fácilmente rastreables por drones. La única amenaza potencial serían los drones fabricados en Venezuela con tecnología iraní, pero incluso esta capacidad es limitada, ya que Estados Unidos sabe dónde se encuentra la planta de producción.
Colaboradores desde el interior del régimen
Un dato especialmente revelador fue que militares venezolanos de rangos medios y altos están ofreciendo colaboración a Estados Unidos. Desde mayores hasta coroneles han establecido contactos, dejando claro que no todos los miembros de las Fuerzas Armadas están alineados con el narcotráfico ni con el círculo de Maduro.
Quiñones los comparó con figuras como Noriega en Panamá o Sadam Hussein en Irak, líderes que se autoproclamaban grandes generales, pero que finalmente fueron derrocados y enfrentaron consecuencias severas.
¿Qué pasará con Nicolás Maduro?
La gran pregunta que surge es el futuro inmediato de Nicolás Maduro. ¿Se entregará voluntariamente, será traicionado por su círculo cercano o enfrentará una operación de extracción?
Para Quiñones, la respuesta es clara: la extracción será la única salida. Según explicó, Maduro está demasiado protegido por asesores y fuerzas cubanas dispuestas a sacrificar sus vidas para mantenerlo en el poder. Esta protección hace imposible una traición interna a corto plazo, lo que obligaría a EE.UU. a actuar directamente.
El rol del presidente de Estados Unidos
Al final de la entrevista, Quiñones reveló que el presidente de Estados Unidos ya solicitó informes directos al almirante encargado de la operación en el Caribe. El hecho de que se requiera un reporte personal y no por canales habituales demuestra la seriedad del momento.
Esto significa que la decisión final puede tomarse en cualquier momento: hoy, mañana o en los próximos días. Con todas las piezas listas, la orden presidencial podría desencadenar la operación militar que cambiaría radicalmente la situación en Venezuela.
¿Qué significa esto para Venezuela y la región?
Las declaraciones de Luis Quiñones dejan claro que el escenario venezolano ha entrado en una fase crítica. El arresto de un miembro de alto rango del Cártel de los Soles no es un hecho aislado, sino parte de un rompecabezas mayor que involucra narcotráfico, corrupción militar y geopolítica internacional.
La presencia militar de Estados Unidos en el Caribe envía un mensaje contundente: la lucha contra el narcotráfico ya no se limita a interceptar cargamentos, sino a desmantelar las estructuras que sostienen a regímenes criminales.
Para los venezolanos, estas noticias representan tanto esperanza como incertidumbre. Por un lado, la posibilidad de ver debilitado al régimen de Maduro y al Cártel de los Soles. Por otro, el temor a que una operación militar genere violencia o represalias.
Conclusión: un punto de no retorno
El testimonio de Luis Quiñones confirma que Venezuela se encuentra en un punto de no retorno. Con altos mandos del narcotráfico detenidos, militares colaborando con Estados Unidos y un despliegue sin precedentes en el Caribe, todo apunta a que una operación decisiva está en marcha.
El desenlace dependerá de las próximas decisiones de la Casa Blanca y de la capacidad del régimen de Maduro de resistir una presión que, esta vez, parece insostenible.
Mientras tanto, el arresto de este miembro del Cártel de los Soles es un recordatorio de que ningún líder criminal está fuera del alcance de la justicia. Y que, como señaló Quiñones, la meta final sigue siendo la misma: “que Venezuela sea libre, y que lo sea muy pronto”.