El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, vuelve a desmarcarse del resto de socios europeos y a calificar la posición europea hacia Rusia como un elemento de riesgo. «Puede pensar que está en guerra con Rusia, pero Hungría no lo está. Tampoco la Unión Europea», … ha reaccionado en X a las declaraciones del primer ministro polaco, Donald Tusk, que ha llamado a los europeos a reconocer que la guerra de Ucrania «es nuestra guerra».
Durante el foro de Seguridad de Varsovia, Tusk identificó la invasión rusa de Ucrania como «parte de un proyecto político cuyo objetivo es someter a otros pueblos». «Si perdemos esta guerra, las consecuencias no solo afectarán a nuestra generación, sino también a la próxima generación en Polonia, Europa, Estados Unidos y en todo el mundo», advirtió el primer ministro polaco.
Orbán, en cambio, defiende que Ucrania «no era un país independiente, por lo que no está justificado que actúe como un Estado soberano», haciéndose así partícipe del argumentario de Putin. Se refería sin duda a que Occidente mantiene a Kiev a flote con sus entregas de armas. «Si Occidente no le diera más dinero a Kiev, Ucrania perecería», ha sentenciado. Advierte, además, que asumir la guerra de Ucrania como propia es »un juego peligroso con la vida y la seguridad de millones de europeos».
Las relaciones entre Budapest y Kiev han estado en un punto bajo desde el comienzo de la guerra de agresión rusa contra Ucrania hace más de tres años y medio. Orbán ha bloqueado sistemáticamente cualquier posibilidad de que Ucrania se una a la UE y a la OTAN. Más recientemente, los gobiernos de los dos países anunciaron prohibiciones de entrada contra representantes militares de alto rango del otro lado y expulsaron a diplomáticos.
Ahora, además, se enfrenta actualmente a serias quejas del Gobierno ucraniano, que asegura haber avistado drones húngaros volando sin autorización sobre su territorio. Zelenski se está dejando llevar por su «obsesión antihúngara», escribió de inmediato el ministro de Relaciones Exteriores húngaro, Peter Szijjarto. «Si dos, tres o cuatro drones húngaros han cruzado la frontera o no, no es el problema… Ucrania debería centrarse en los drones rusos en su frontera oriental», ha respondido Orbán, que ha respaldado y a la vez rectificado a su ministro de Defensa, Kristof Szalay-Bobrovniczky, que inicialmente rechazó las acusaciones de Kiev.
«Digamos que volaron unos metros hacia el interior del país: ¿Y qué?», ha reconocido el primer ministro húngaro. En opinión de Orbán, »Ucrania sólo podría ganar la guerra si cientos de miles de soldados vinieran de Europa Occidental o Estados Unidos para luchar en el frente y eso significaría una guerra mundial que nadie quiere«.
Orbán presume de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, le consulta a menudo sobre la guerra en Ucrania y que siempre le responde que ya ha sido resuelta y ganada por los rusos. «La pregunta es cuándo y quién llegará a un acuerdo con los rusos: ¿será un acuerdo entre Estados Unidos y Rusia, o los europeos finalmente estarán dispuestos a negociar?», matiza, al tiempo que garantiza a Moscú que Budapest seguirá importando recursos energéticos rusos. «Nadie en su sano juicio daría algo seguro por algo incierto», ha sido su última palabra al respecto.
El primer ministro eslovaco, Robert Fico, ha respaldado esa postura y ha hecho público que tampoco tiene intención de dejar de importar petróleo ruso a través del oleoducto Druzhba. «Nadie debe decirnos dónde obtener nuestro gas y petróleo, porque, según el derecho internacional, es un país soberano el que decide su propia combinación energética», ha justificado durante una reunión con Orbán en Esztergom (Hungría). a pesar de que Donald Trump ha instado repetidamente a los líderes europeos a reducir las compras de petróleo ruso, advirtiendo que los ingresos procedentes de las exportaciones de energía están financiando la guerra del Kremlin contra Ucrania.