Actualizado Viernes,
26
septiembre
2025
–
22:51
Ha ocurrido con anterioridad en al menos medio centenar de ocasiones, pero el inapelable paso del tiempo y el nuevo escenario geopolítico internacional confieren al rumor no verosimilitud, pero sí importancia. El chisme de la supuesta muerte de Raúl Castro (94 años), verdadero líder en la sombra del castrismo, se ha producido cuando su gran aliado, Venezuela, sufre el bloqueo militar en el Caribe sur de Estados Unidos, el gran enemigo de las dos revoluciones. Y cuando su propio país languidece víctima del fracaso del sistema comunista puesto en marcha por su hermano Fidel.
El rumor ha dado desde el miércoles mil vueltas en el exilio de EEUU. En esta ocasión, alguien habría visto cómo trasladaban al general de Ejército al habanero Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas (Cimeq), al que llevan a los turistas, algo que pareciera imposible porque tanto Fidel como el propio Raúl cuentan con una planta hospitalaria en la Plaza de la Revolución, con todo tipo de avances médicos. Previamente a Raúl, hijo de gallego (conocidos en la isla como los longevos), le han matado por infarto, por el covid, en un accidente de helicóptero y otras vicisitudes.
“Antes los rumores se desataban con la salud de Fidel, ahora con la de Raúl. Tiene su lógica: estadísticamente ha sobrepasado ya la edad media de vida de los Castro, entre 92 y 93 años. Es normal la especulación y es normal que la prensa esté atenta. En este caso concreto, con la presión de la crisis interna y con la amenaza estadounidense sobre Venezuela, cobra aún más importancia“, explicó a EL MUNDO Juan Antonio Blanco, director del Laboratorio de Ideas Cuba Siglo XXI.
“Pero el primer problema de este rumor son los datos: al Cimeq pueden llevar a un jefe de Estado, como con Hugo Chávez, pero el protocolo para Raúl consiste en trasladarle al cuarto piso del Consejo de Estado, un hospital de paciente único con todos los avances”, desveló a EL MUNDO el experto.
Otros medios cubanos han advertido que la cuenta desde la que se lanzó la supuesta información es famosa por su contenido fake. La ausencia de información oficial, otro clásico de la isla, tampoco ayuda. En ocasiones anteriores los rumores se lanzaban desde dentro del régimen para que sus aparatos de Inteligencia midieran el termómetro político en la cúpula del poder.
Raúl Castro participó hace dos meses en la sesión de apertura de la Asamblea Nacional del Poder Popular. Apoyó sin fisuras al gobierno de su elegido y no dudó en levantar el puño para dar vivas al presidente Miguel Díaz-Canel y a la revolución, además de entonar el tradicional “¡Venceremos!”.
Al margen de la edad y de los rumores que le persiguen, Raúl tiene motivos de peso para estar muy preocupado. En una cuenta del Departamento de Estado, que lidera la presión contra Maduro frente a un sector de la Administración de Donald Trump que apuesta por los negocios y las negociaciones, se homenajeó al artista Luis Manuel Otero Alcántara, líder del Movimiento San Isidro y prisionero político desde la rebelión popular del 11J de 2021. “La dictadura le niega la atención médica mientras su estado de salud sigue deteriorándose en prisión. Estamos decididos a poner fin a la opresión del tiránico régimen de Cuba contra el pueblo cubano y los presos políticos”, tuiteó la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado.
Ese párrafo se sintió en La Habana como una escalada en la posición mantenida hasta ahora por el Gobierno de Trump. La encrucijada para Cubazuela (como se denomina a la estrecha alianza entre ambos gobiernos) es de tal tamaño que Carlos Fernández de Cossío, vicecanciller cubano, tembló al ser preguntado por un periodista si iría a la guerra para defender a Caracas. “No vamos a entrar en guerra con EEUU”, aseguró el diplomático, quien apostó por el apoyo político a Caracas.
La gran paradoja es que La Habana también se la juega en la crisis venezolana. Sus organismos de Inteligencia trabajan a destajo en el país suramericano para impedir cualquier intentona militar ante la presión de EEUU. Pese a ser un término tantas veces manido, el propio Díaz-Canel tuiteó en su cuenta de X lo que sería la bandera común de los dos países bajo la leyenda Cuba con Venezuela.
“Este conflicto del Caribe ya afecta a Cuba, porque actúan como una entidad, Cubazuela, en que se compensan y complementan de muchas maneras, incluida la forma ilícita en la que participan con el tráfico de personas, trabajos forzados, inteligencia y seguridad, lavado de activos del Cártel de los Soles y que pasan en forma de sobrefacturación con la construcción de hoteles en la isla”, profundizó Blanco para este periódico.
Lo que se debate en el interior del castrismo es si una ofensiva militar en Venezuela (no se considera la invasión) se prolongaría a Cuba. “Tendrá mucho que ver con su reacción: si lo hace de una forma militar, que ya existe, tendría una repercusión inmediata. Ningún país permite que entre otro actor militar en una operación y altere la ecuación. Lo que hace el gobierno de La Habana con esta declaración del vicecanciller es avisar que ellos no van a involucrarse más allá de lo mucho que están, no van a hacer nada extraordinario como en Angola o Etiopía para salvarle la vida a Maduro y sus compinches”, sentenció el director de Cuba Siglo XXI.