Actualizado Viernes,
19
septiembre
2025
–
02:45
Los ministros de Finanzas, Bezalel Smotrich (45) y de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir (49), de Israel son rivales políticos que no se profesan demasiado aprecio y difieren en sus orígenes y estilo, pero tienen mucho en común empezando por su radicalidad y sanciones recibidas con la Franja de Gaza como explosivo contexto.
Las palabras del dúo ultranacionalista, que suelen caracterizarse por una retórica incendiaria, trascendieron la esfera interna en el momento en el que la lupa mundial se fijó en la masiva ofensiva en respuesta al ataque de Hamas del 7 de octubre del 2023.
Ben Gvir y Smotrich son objeto de la crítica de gran parte de la sociedad israelí y, en el último año, del veto de entrada en varios países alegando por ejemplo “incitación a la violencia contra los palestinos” en Cisjordania y la Franja de Gaza. Uno de los más recientes ha sido España en otro capítulo de la crisis bilateral sin precedentes.
Procedentes de espacios minoritarios, aprovecharon la coyuntura política a finales del 2022 tras cinco elecciones en cuatro años y recibieron importantes cargos dados por Benjamin Netanyahu para volver al poder. Dotados de gran instinto político y comunicativo, Smotrich que según los sondeos tendría muy difícil estar hoy el Parlamento, y Ben Gvir saben cómo y cuándo presionar a Netanyahu. Básicamente porque si se van, su Gobierno cae.
Ex miembros del gabinete como Gadi Eizenkot y trabajos periodísticos señalan que la presión de Ben Gvir y sobre todo Smotrich fue decisiva para que Netanyahu rechazara en el pasado un acuerdo de tregua a cambio de los secuestrados. Así, cuando en las negociaciones en verano del 2024 el primer ministro defendió la necesidad de no retirarse del Eje Filadelfia, varios analistas israelíes replicaron que lo que realmente le importa es el “Eje Smotrich-Ben Gvir”.
El alto el fuego en enero provocó la marcha de Ben Gvir pero éste volvió a raíz de la reanudación de los ataques en marzo tras el fracaso negociador. Dar prioridad a la ofensiva para acabar completamente con Hamas por encima de la vuelta de los secuestrados hace casi dos años es otro punto de coincidencia de los dos ministros y causa la indignación de muchos israelíes, especialmente de las familias de los rehenes. “La única forma de verlos en casa es destruir a los terroristas de Hamas. Con ellos, ni tregua. ¿Por qué hay que dar ayuda humanitaria a los que luchan contra nosotros mientras nuestros rehenes no la reciben?”, preguntó Ben Gvir. Cuando le recuerdan que el mayor ataque en la historia de Israel ocurrió con él en el Gobierno, replica que fue posible debido a “la política conciliadora” hasta esa fecha.
Mientras sus partidarios defienden que “es el único lenguaje que se entiende en Oriente Medio”, sus detractores denuncian que “los radicales están arrastrando el país al abismo”. Boicoteados por la Administración Biden, Smotrich y Ben Gvir celebraron la victoria electoral de Donald Trump. Con éste en la Casa Blanca, pueden decir prácticamente lo que quieran sin miedo a la condena o sanción del gran aliado estadounidense. De vez en cuando, sus palabras son desmentidas o criticadas por Netanyahu.
Respecto a la reconstrucción en la Franja de Gaza, Smotrich dijo este miércoles que “un plan de negocios” está en la mesa de Trump. Tras pronosticar una “bonanza inmobiliaria” en el territorio devastado en una referencia que recuerda la “Riviera de Oriente Medio” anunciada por el presidente estadounidense en febrero, reveló que está en conversaciones con EEUU: “No lo digo en broma…Hemos pagado mucho dinero por esta guerra. Hemos de ver cómo repartimos los porcentajes del terreno“.
Sea cierto (como asegura) o no lo sea (fuentes israelíes en contacto con la Administración Trump dijeron al Canal 13 que no tienen constancia de ello), su visión de futuro respecto a Gaza es clara: ocupación y vuelta de las colonias. Netanyahu aclara que los objetivos de la ofensiva terrestre para tomar el control de Ciudad de Gaza es acabar con Hamas para que no se repita un 7-0 y devolver los rehenes rechazando el reasentamiento de comunidades judías como piden Ben Gvir y Smotrich.
Como otros ministros, también exigen alentar la salida voluntaria de los gazatíes. Cuando España anunció la prohibición de su entrada, Ben Gvir reaccionó en español: “No me dejen entrar a mí… a los de Gaza, denles entrada libre a España”. Ben Gvir vive en un asentamiento en la zona de Hebrón, mientras Smotrich reside en la colonia de Kedumim en Cisjordania. Ambos exigen aplicar la soberanía israelí sobre este territorio ocupado por Israel en la guerra del 67 y ampliar la construcción de asentamientos que son considerados ilegales por la ONU. Otra exigencia es el desmantelamiento de la Autoridad Nacional Palestina. Los organismos de seguridad alertan que ello propiciaría la anarquía y más atentados palestinos.
Tras los comicios del 2022 y boicoteado por el centro izquierda y la derecha liberal debido a su imputación por corrupción, Netanyahu pactó con dos partidos ultraortodoxos y los dos pequeños movimientos de Ben Gvir y Smotrich. Estos dos superaron con creces el examen de las urnas ya que formaron, pese a su enemistad y rivalidad política, un bloque técnico que luego desmontaron. Desde entonces, se han enzarzado varias veces en acusaciones mutuas.
En la negociación con Netanyahu, Smotrich logró arrancar también un cargo en el ministerio de Defensa con potestades sobre Cisjordania lo que le permite promover su agenda en el terreno que, presume, aleja la posibilidad de un Estado palestino. Ben Gvir ha seguido su famosa línea de ruido mediático como ministro encargado de la Policía.
En los últimos casi tres años, muchos de los participantes en protestas contra el Gobierno expresaron a este diario su ira al ver como el responsable de los agentes desplegados en las manifestaciones es quien les insulta y que cuando era joven fue imputado por incitación a la violencia y miembro del ilegalizado grupo racista Kaj.
“Los israelíes hemos superado muchos exámenes y también superaremos este desastroso Gobierno”, nos decía Gal, un manifestante hace unas semanas para luego añadir: “Ben Gvir no es Israel”. El liderazgo palestino, por su parte, considera que “Ben Gvir y Smotrisch son la verdadera cara del Gobierno extremista, criminal y racista de Netanyahu”.