El Ejército de Estados Unidos fue quien notificó a la Casa Blanca del ataque israelí contra dirigentes de Hamás en Qatar, según dijo este martes la portavoz de Donald Trump. En un mensaje inusualmente crítico hacia el Gobierno de Benjamín Netanyahu, Washington … calificó lo ocurrido como «un bombardeo unilateral dentro de Qatar, una nación soberana y estrecho aliado de Estados Unidos».
Trump ordenó de inmediato a su enviado especial para Oriente Próximo, Steve Witkoff, que advirtiera a las autoridades cataríes sobre el ataque inminente, algo extremadamente inusual. El equipo de comunicaciones de la Casa Blanca no aclaró si Israel notificó previamente a Washington o si fueron las fuerzas armadas norteamericanas las que detectaron el lanzamiento por sus propios medios, dada su amplia presencia en la región.
El presidente definió el ataque como un «incidente desafortunado» que «no contribuye a la paz». La Casa Blanca subrayó que Israel informó a Washington solo el mismo día de la operación, y no con días o semanas de antelación.
Trump llamó al emir catarí para expresar su pesar y recalcar que «algo así no volverá a ocurrir en su territorio». También habló con el primer ministro israelí para insistir en la necesidad de avanzar hacia un alto el fuego en Gaza.
La reacción fue llamativa por el tono y el fondo. Aunque la Administración sigue defendiendo la eliminación de Hamás como «un objetivo legítimo», en palabras de la portavoz Karoline Leavitt, el mensaje incluyó una reprimenda a Israel y un recordatorio de que Qatar es «un fuerte aliado y amigo de Estados Unidos».
El bombardeo israelí golpeó la sede política de Hamás en Doha, justo cuando sus líderes discutían una propuesta de alto el fuego presentada por Washington. La operación dejó al menos cinco muertos, entre ellos el hijo de Khalil al-Hayya, jefe de Hamás en Gaza y principal negociador del grupo.
Qatar condenó lo ocurrido como «una flagrante violación de las leyes internacionales», mientras la ONU y Egipto advirtieron que la escalada amenaza con descarrilar las negociaciones para liberar rehenes y detener la guerra.
La congresista demócrata Betty McCollum, representante por Minnesota y líder del Subcomité de Defensa de la Comisión de Asignaciones de la Cámara de Representantes, condenó con firmeza el ataque. Lo calificó como «una agresión no provocada» contra «una nación neutral que ha mediado conversaciones de paz durante casi dos años entre Israel y Hamás».
McCollum aseguró que la operación constituye «una violación flagrante del derecho internacional» que pone en riesgo las negociaciones de paz y la liberación de rehenes israelíes en manos de Hamás. Añadió, además, que lo ocurrido confirma que «el Gobierno del primer ministro Netanyahu se ha convertido en una fuerza desestabilizadora en Oriente Próximo».