El plan internacional propuesto por Tony Blair y revisado por ABC plantea la creación de una Autoridad Transitoria para Gaza, bajo mandato del Consejo de Seguridad de la ONU. Este organismo tendría poder legal para gobernar el territorio durante un periodo de transición, combinando … supervisión internacional, gestión palestina y el despliegue de una fuerza multinacional de estabilización.
El objetivo es garantizar la seguridad, impulsar la reconstrucción y mantener servicios básicos durante tres años, evitando el resurgimiento de grupos armados y preservando los derechos de propiedad de quienes decidan abandonar Gaza de forma voluntaria. El texto no menciona de manera explícita a Hamás.
El calendario de aplicación contempla tres fases: el primer año, con presencia limitada en Gaza y centros de coordinación en Egipto y Jordania; el segundo, con instituciones clave ya operativas en el territorio; y el tercero, con la plena puesta en marcha de todas las estructuras. La meta final es una transición que siente las bases de una administración palestina reformada y legítima, bajo control internacional temporal.
El plan fue debatido el pasado 28 de agosto en una reunión con Jared Kushner, que ya lideró negociaciones sobre Gaza en la anterior Administración estadounidense. Para ponerse en marcha, sería necesaria una resolución del Consejo de Seguridad, lo que implica el acuerdo de las potencias con derecho de veto.
La seguridad recaería en una Fuerza Internacional de Estabilización (ISF), encargada de controlar fronteras, proteger corredores humanitarios y evitar el regreso de milicias. Según el propio documento, «la Fuerza Internacional de Estabilización (ISF) es un actor de seguridad multinacional con mandato internacional, encargado de garantizar la estabilidad estratégica en Gaza, proteger las operaciones humanitarias y de reconstrucción, y evitar el resurgimiento de grupos armados».
Autoridad Transitoria para Gaza
Un Consejo Internacional de entre 7 y 10 miembros sería la máxima autoridad política y estratégica, con participación palestina, representación de la ONU y figuras con legitimidad regional. Su presidente dirigiría la diplomacia y la coordinación, asistido por una secretaría estratégica y una unidad de protección propia. La Secretaría Ejecutiva gestionaría las operaciones diarias y supervisaría a la Autoridad Ejecutiva Palestina, responsable de servicios esenciales como salud, educación, justicia, policía civil y administración local.
Cinco comisiones de supervisión garantizarían la transparencia en áreas humanitaria, de reconstrucción, seguridad, legal y de coordinación con la Autoridad Palestina. A ellas se sumaría una Autoridad de Inversiones (GIPEDA), para canalizar proyectos de desarrollo con capital privado, y un fondo fiduciario (GFAF), encargado de administrar la ayuda internacional con auditorías independientes. El plan descarta desplazamientos forzosos y crea una Unidad de Preservación de Derechos de Propiedad para documentar salidas voluntarias y asegurar los derechos de retorno.
Trump y Netanyahu se unen este lunes en la Casa Blanca por cuarta vez en el mandato del primero para abordar los planes de posguerra en Gaza, en un intento de cerrar un conflicto que dura ya dos años. Será el cuarto encuentro en Washington desde el regreso de Trump al poder en enero, tras varias rondas fallidas para alcanzar un alto el fuego.
La Administración estadounidense sopesa la propuesta de Blair mientras Francia y varios países árabes han planteado sus propios esquemas. La cita llega tras una semana en la que Israel se ha visto más aislado, después de que Reino Unido, Francia y otros países europeos anunciaran el reconocimiento de un Estado palestino.
Trump, tradicional aliado de Israel, ha mostrado impaciencia con la guerra y ha rechazado la anexión israelí de partes de Cisjordania. Netanyahu, por su parte, ha dejado entrever cierta disposición a explorar la propuesta, incluso con la posibilidad de conceder una amnistía a miembros de Hamás a cambio de poner fin a la guerra y liberar a los rehenes.
El conflicto, iniciado el 7 de octubre de 2023 con el ataque sorpresa de Hamás, ha dejado más de 65.000 muertos en Gaza, según las autoridades locales. La ofensiva israelí sobre Gaza capital ha forzado a cientos de miles de palestinos a desplazarse internamente.