La maison de Giorgio Armani pasa al 100% a la fundación que lleva su nombre. El usufructo queda dividido entre su pareja y mano derecha, Leo Dell’Orco, y los familiares.
Pero la apertura de los testamentos del diseñador italiano, fallecido el pasado 4 de septiembre en Milán, contiene una sorpresa: en un plazo de 18 meses deberá iniciarse la cesión del 15% de la empresa, “con carácter prioritario a uno entre el grupo LVMH, EssilorLuxottica, L’Oréal o a otro grupo del mundo de la moda de igual nivel, con el que Giorgio Armani mantenga relaciones de colaboración”.
Se trata solo del inicio de una desinversión más amplia, ya que en las últimas voluntades del diseñador se indica que tras la cesión del 15%, “a partir del tercer año y hasta el quinto” se venda un 30% adicional del capital, hasta un máximo del 54,9%.
Las operaciones deberán ser gestionadas por la Fundación, es decir, por el socio Leo Dell’Orco y los sobrinos Silvana Armani y Andrea Camerana, que se reparten los derechos de voto. En caso de que las negociaciones no lleguen a buen término, la vía indicada en los testamentos es la salida a Bolsa.
Entre los principios que los herederos deberán mantener está la “búsqueda de un estilo esencial, moderno, elegante y no ostentoso, con atención al detalle y la comodidad”. En el tercer punto se lee una invitación a una “atenta política de diversificación y segmentación de las distintas marcas de la empresa, manteniendo coherencia en la actividad estilística, la imagen de producto y la comunicación”. En el quinto punto figura la “atención a la innovación, la excelencia, la calidad y la sofisticación del producto”.