Ignacio Sánchez Galán ha vuelto a sorprender al mercado al anunciar ayer una lluvia de inversiones muy superior a la esperada que Iberdrola, la compañía que preside, desplegará durante los próximos cuatro años.
En concreto, el plan estratégico 2025-2028 que la empresa presentó ayer ante los inversores en Londres contempla destinar 58.000 millones de euros de inversión, un 30% más que los que recogía su anterior plan 2021-2024. De ellos, 50.000 los aportará directamente la compañía y los 8.000 restantes los socios estratégicos.
La compañía refuerza su apuesta por las redes eléctricas y anuncia que repartirá 20.000 millones en dividendos
El despliegue de redes será el destino principal y el Reino Unido y EE.UU. captarán dos tercios del total de inversiones. Ello pese a las dudas que en las últimas semanas había generado que la Administración liderada por Donald Trump tomase decisiones que ponen en duda las inversiones en energía eólica marina que la compañía tiene en aquel país.
Esa apuesta sigue tan firme que Galán incluso llegó ayer a presentarse como “la mayor compañía anglosajona de energía” al tiempo que advirtió al Gobierno español, su país de origen, que, si la regulación sobre las redes eléctricas no garantiza el retorno adecuado, no dudará en retirar la cuantía de inversiones fijada para España y destinarla a otro país.
Por áreas geográficas, el Reino Unido será el principal beneficiario de esa lluvia millonaria, en concreto recibirá 20.000 millones de euros. Otros 16.000 irán a EE.UU. y España queda en tercer lugar, con 9.000 millones, el 15% del total, aunque su ejecución final queda condicionada a que el Gobierno sea capaz de convencer al regulador de los mercados, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), de que la remuneración asociada a esas inversiones sea atractiva. De lo contrario, la advertencia de Galán fue manifiesta. “El apetito y la necesidad por ampliar la capacidad de las redes en otros destinos es clara e Iberdrola es una de las pocas compañías que tiene capacidad, tecnología y músculo financiero para hacerlo. Así que no habrá ningún problema en destinar la cuantía para redes en España (4.000 millones) a otras geografías.
El discurso de los directivos de Iberdrola también tuvo un segundo mensaje para el Gobierno. “Creo que se va a cerrar Almaraz”, confesó Galán. El plan estratégico contempla el cierre de la central nuclear de Almaraz I y II en el 2027 y el 2028 respectivamente. Galán también aseguró que el impacto “es irrelevante respecto a la potencia total de generación de Iberdrola en España” y afirmó que la producción de la planta será “cubierta por nueva generación renovable” que la compañía desplegará en España.
Brasil, con 7.000 millones, sería el cuarto destino de las inversiones, seguido de otros países de la Unión Europea y Australia, donde invertirá 5.000 millones.
Por áreas de negocio, la distribución queda con 37.000 millones destinados al negocio de redes en destinos que aseguren una rentabilidad media del 9,5%. El negocio de renovables y clientes recibirá 21.000 millones de euros. El 38% se destinará a la eólica marina; un 24%, en eólica terrestre y un 10%, a almacenamiento, y otro 10%, a solar. El 75% de estos proyectos están ya en construcción.
El giro de timón hacia el negocio regulado se asienta en el espíritu visionario de la compañía. Galán recordó que Iberdrola fue la primera energética en apostar por las renovables e ir abandonando las energías fósiles. Ahora es de las pocas compañías con capacidad para responder a la creciente demanda de conexión en países estratégicos como el Reino Unido y EE.UU. “Nosotros tenemos la tecnología, el conocimiento, y estamos allí. Los que no están no pueden hacerlo”, apuntó.
Con esta estrategia, la empresa se ha fijado como objetivo que su beneficio operativo bruto (ebitda) alcance los 18.000 millones de euros en el 2028 (3.000 millones más que en el 2024), al que las redes contribuirán en un 55%. Los precios regulados de esos activos harán caer la dependencia de resultados de los precios energéticos un 75%. En cuanto al beneficio neto ajustado, es de 7.600 millones de euros para el 2028, lo que supone 2.000 millones de euros más que en el 2024. La retribución al accionista llegará a los 20.000 millones de dividendos en todo el período.
La compañía ha dado incluso más visibilidad a su estrategia a la largo plazo adelantando que las inversiones entre los años 2029 y 2031 superarán los 45.000 millones de euros, con 30.000 destinados a redes para llegar ese año a una base de activos de más de 90.000 millones.