La primera citricultura española no quiere dejar de serlo. La Comunidad Valenciana es líder en producción citrícola en nuestro país, pero arrastra grandes losas en los últimos años de las que los agricultores llevan tiempo alertando. Falta de relevo, abandono de superficies o poca innovación en los cultivos son algunos de los problemas que salpican los campos de naranjos, característicos del paisaje y también de la economía valenciana.
“Si no hacemos algo igual llega un día que dejamos de ser los primeros productores españoles y no nos habremos dado cuenta”, apunta Carles Peris, secretario general de La Unió Llauradora i Ramadera que este martes participó, junto a las otras entidades del sector, en una reunión con el conseller de Agricultura, Agua, Ganadería y Pesca, Miguel Barrachina, para poner en marcha un plan de reconversión de cítricos que permita “afrontar los retos actuales y futuros del sector”. Peris valora positivamente el encuentro y la propuesta de la Conselleria, que llega en un contexto de menor producción y de competencia internacional tildada de “desleal” por los mismos productores.
La Unió critica las condiciones de exportación de granadas de Israel
La Unió Llauradora denuncia que Israel ha tenido un total de 6 interceptaciones en granadas por la plaga de la Thaumatotibia leucotreta o falsa polilla, que podría afectar a cultivos importantes del campo valenciano como los cítricos (especialmente naranjas y mandarinas) y también al caqui, frutales de hueso, granada, algunas hortalizas y cultivos en expansión como el aguacate. Ante esta situación, solicita al Gobierno de España que presione a las autoridades comunitarias para que establezcan el tratamiento de frío para los envíos de frutas y hortalizas procedentes de Israel hasta que garantice la seguridad fitosanitaria de sus exportaciones.
Si no hacemos algo igual llega un día que dejamos de ser los primeros productores españoles”
Desde el gobierno valenciano se plantea abordar los precios en origen “insostenibles”, pero también el problema de la pinyolà -a la que acusan de reducir el interés de los consumidores más jóvenes-, la competencia desleal de importaciones, el envejecimiento de las explotaciones y de los titulares de las mismas, con la consecuente ausencia de relevo generacional. “La citricultura valenciana necesita un impulso decidido que garantice su rentabilidad, su competitividad en los mercados internacionales y la estabilidad de miles de familias que dependen de este cultivo”, sostiene el conseller. Las 36.310 explotaciones citrícolas y sus 148.488 hectáreas de citricultura valenciana convierten al sector en “esencial” para la economía de la Comunidad Valenciana.
Según datos de La Unió, la superficie citrícola en 2024 era de 153.623 hectáreas. En el año 2000 era de 191.551 hectáreas, una caída de casi el 20%. Por lo tanto, apuntan, “en 25 años se han perdido 37.928 hectáreas, es decir, una quinta parte de la superficie citrícola de la Comunitat Valenciana”. Recogen también que aproximadamente un 35% de la superficie citrícola valenciana tiene una edad superior a los 25 años y que haría falta ese plan de reconversión para cubrir toda esta superficie.
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En el encuentro de esta semana, además dela Conselleria y La Unió, participó el vicepresidente de AVA-ASAJA y presidente de INTERCITRUS, Celestino Recatalá, cuya entidad valora “positivamente” la puesta en marcha de este grupo de trabajo para avanzar en “líneas beneficiosas” para el sector citrícola valenciano. Para AVA-Asaja hay dos prioridades: apostar por variedades que eviten la polinización cruzada -que no provoquen la molesta pinyolà, a la que acusan de alejar del consumo a las nuevas generaciones – y renovar las plantaciones más viejas para aumentar la productividad del sector. En este sentido, según cifras de La Unió, el número de plantones de cítricos vendidos ha caído ligeramente en los últimos años, especialmente en zonas tradicionales y recuerdan que más del 70% de los plantones vendidos en España se destinan a la reposición de árboles viejos o cambio varietal, no a nuevas plantaciones extensivas.
El plan de renovación que el conseller abordó también con el secretario general de UPA, Ricardo Bayo; el presidente de ASAJA Alicante, José Vicente Andreu; Manuel Alcayde, técnico de COAG; José Vicente Navarro, representante del grupo de cítricos de Cooperatives Agro-alimentàries y con Inmaculada Sanfeliu, presidenta del Comité de Gestión de Cítricos, contemplaría ayudas para los cultivos aplicables en 2026. De eso se habló en la reunión, así como de la necesidad de aplicar condiciones a las subvenciones que permitirían financiar dicha renovación, para evitar que grandes latifundistas dificulten el acceso a los pequeños agricultores, por lo que se comentó la posibilidad de aplicar topes a la superficie subvencionable.