Los datos de empleo en Estados Unidos están empezando a dar señales de preocupación. Contra lo que algunos defendían, los planteamientos de Trump están empezando a pasar factura a la economía americana. La suma de unos aranceles completamente descabellados, unas políticas migratorias sin sentido … y una inseguridad jurídica creciente está trasladándose a la economía. Sorprende que sorprenda. Pero esto es de primero de teoría económica, Epi y Blas no tendrían mucho problema para explicarlo en su sección de Barrio Sésamo.
Y también se pondrá peor antes que mejor. El impacto de la subida de los aranceles no ha hecho nada más que asomar la patita. El gran perjudicado de estas subidas es el consumidor americano porque básicamente los aranceles son un impuesto al consumo. Lo que tengan que pagar de más por lo que venga de fuera, no lo van a poder gastar en otra cosa lo que lógicamente lastra el crecimiento.
Además, las bajadas de tipos de interés, cuando lleguen que sin duda van a llegar a pesar de las injerencias de Trump, no van a solucionar gran cosa porque los repuntes de precios y el desequilibrio fiscal están provocando que los tipos a largo plazo que es a lo que se liga la financiación allí no terminen de bajar. Un pan como unas tortas.
Así las cosas, lo más probable es que el dólar siga cayendo y que eso provoque que continúe la salida de capitales en un movimiento que hasta cierto punto se retroalimenta. Políticas erráticas, mayor incertidumbre, inseguridad jurídica, menor crecimiento, dudas en los mercados y venta de dólares.
Lo único bueno de que estas políticas empiecen a hacer mella es que sirva para que se caiga la venda. Los planteamientos económicos de Donald Trump son un disparate y, como ya se está empezando a intuir, afectan especialmente a las rentas más bajas, entre las que habían calado mayoritariamente la retórica populista del presidente americano. Las próximas elecciones de mitad de mandato al Congreso y el Senado del año que vienen son una buena prueba del algodón. Un mal resultado del partido republicano debería servir para reconducir estas políticas que, no lo olvidemos, son un daño auto infligido.