Madrid, Barcelona, Málaga… Las principales capitales de nuestro país se enfrentan a un problema económico de primera magnitud, que es la escasa oferta de espacio en los centros urbanos para atraer a empresas. Esta es la advertencia que ha lanzado hoy la Asociación Española … de Oficinas (AEO), la patronal que representa los intereses de los gestores y promotores de oficinas, que de la pandemia a esta parte ha detectado un aumento en la demanda de locales céntricos por parte de compañías españolas y extranjeras. «Ahora las empresas quieren estar en el centro», ha advertido José María Álvarez, presidente de la AEO.
Hace apenas unos años esta afirmación habría parecido del todo extemporánea, pues el sector había asumido que el futuro estaba en los ‘campus’ de negocios, en complejos como el 22@, en el distrito de San Martín de Barcelona, o el Madbit, en el barrio madrileño de Simancas, proyectos que tenían que convertirse en un polo de atracción empresarial y que sin embargo están teniendo problemas para suplir la oferta. Un caso paradigmático es el del Canary Warf londinense, una vieja zona portuaria reconvertida en distrito financiero a partir de los años ochenta y que desde la pandemia del Covid-19 ha visto como algunos de sus principales inquilinos se mudan al centro.
Esta es una de las herencias del confinamiento durante la pandemia, que impuso el teletrabajo y provocó un éxodo fuera de las ciudades, uno que sin embargo ha resultado temporal. «En 2020 nos dijeron que las oficinas iban a morir y ahora están resucitando», ha apuntado el presidente de la AEO; «Por cada tres trabajadores que se fueron, han regresado cinco», añade. Bien es cierto que el sector todavía no ha recuperado los niveles de 2019 en cuanto a ocupación y rentabilidad, pero la estimación es que lo hará más pronto que tarde.
A partir de ahí, para la patronal el próximo reto será adaptarse al cambio de hábitos que llegó tras la pandemia. En su opinión esto pasa por liberar espacio en los centros, aligerar la burocracia de cara a la reconversión de los edificios y una mayor transparencia, dado que uno de los problemas que enfrenta el sector es la falta de información en cuanto a la cantidad de suelo para oficinas ocupado y disponible que existe en España.
Junto a esto, esta mañana la AEO ha aprovechado para denunciar un problema añadido, que es la «competencia desleal» que para ellos suponen los alquileres de pisos para oficinas -la mayoría, antiguas viviendas-. Tampoco hay datos sobre esto, pero el sector estima que dentro de la M-30, en Madrid, hay más de 1,5 millones de m2 de pisos alquilados a empresas. Arrendar un espacio para oficinas es atractivo para muchos propietarios, ya que se trata de inquilinos puntuales en el pago y que no generan rechazo social, como por ejemplo los pisos turísticos. Sin embargo, la AEO cree injusto que estos locales no estén sujetos a los mismos requerimientos que los edificios de oficinas profesionales, por ejemplo en sostenibilidad o seguridad. «Queremos reglas iguales para todos», ha denunciado su presidente, además de recordar que la reconversión de parte de esos metros cuadrados podría aliviar el problema de la vivienda. Sirva como ejemplo este dato, y es que esos 1,5 millones de m2 equivalen a 18.750 pisos de 80m2.
La patronal no pide medidas jacobinas -que se han demostrado ineficaces en el caso del alquiler de vivienda, opinan-, sino más colaboración público-privada a nivel municipal -que es donde están la mayor parte de las competencias- para incrementar la oferta de complejos empresariales; por ejemplo, en la redacción de los planes de urbanismo.
Se trata, en fin, de conseguir más espacio en las ciudades, una reivindicación que podría ser peliaguda dado el problema de oferta para vivienda que sufre nuestro país. Sin embargo, para la AEO es urgente resolverlo, dado que atraer capital productivo es la única forma de elevar la productividad y asentar un crecimiento del PIB que vaya más allá del turismo, opinan. «Europa corre el riesgo de convertirse en un parque temático», ha recordado José María Álvarez.