El coste estimado de la incapacidad temporal alcanza en la Comunitat Valenciana los 7.100 millones de euros, lo que equivale al 5,1% del PIB regional, y supone un crecimiento del 48%, es decir, 2.300 millones de euros más que en 2018. Son cifras presentadas este jueves en Elx en el transcurso de la jornada Radiografía de la IT en España, organizada por la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV) en la que Umivale Activa y el Ivie han presentado las principales conclusiones de su estudio Evolución de la incapacidad temporal y la siniestralidad en España, haciendo especial hincapié en los resultados de la Comunitat Valenciana.
En el estudio, dirigido por los investigadores del Ivie José María Peiró y Lorenzo Serrano también ha participado un equipo integrado del Ivie formado por Francisco J. Goerlich, Consuelo Mínguez y Fernando Pascual, y Juan Miguel Mesa y Marija Davcheva, por parte de Umivale Activa.
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El informe revela como en la Comunitat Valenciana se registran resultados ligeramente más favorables en porcentaje de jornadas perdidas que la media nacional, principalmente porque la incidencia (número de bajas iniciadas por cada 1.000 trabajadores) es menor que la media de España. En la Comunitat se registraron 358 nuevos procesos por cada 1.000 trabajadores en 2023, un 40% más que en 2018. Sin embargo, explican los autores, el efecto positivo de esa menor incidencia se ha de analizar conjuntamente con una duración media de las bajas considerablemente más larga (para asalariados, 38 días a nivel nacional y 49 días en la Comunitat).
Las bajas duran, para los trabajadores por cuenta ajena, 38 días de media en España. En la Comunitat suman diez días más, 49
Destacan además que en la Comunidad Valenciana la cifra de bajas de larga duración ha crecido por encima de la media, pues se ha multiplicado por 2,2 en el periodo hasta alcanzar las 15.800 en 2023. La prevalencia de los procesos de larga duración ha alcanzado 8,7 por 1.000 trabajadores, incrementado un 94% respecto a 2018. El informe revela que Castellón es la provincia que experimenta la mayor tasa de prevalencia con un 10,8 de procesos en vigor de larga duración.
Asimismo, las patologías más difíciles de objetivar, como las algias (lumbalgias, cervicalgias, dorsalgias…) y la salud mental generan más de la mitad del absentismo por incapacidad temporal (IT) y su peso no deja de crecer. Estas dos patologías concentran el 52,7% del indicador de absentismo por IT en la Comunidad Valenciana.
Sobre la reducción de la jornada
En un comunicado enviado ayer, horas después del tenso debate generado en el Congreso, la patronal valenciana valoraba el rechazo de la cámara a la propuesta de reducción de la jornada laboral. Agradecía la patronal valenciana la posición de los grupos parlamentarios que mostraron su rechazo, “en coherencia con la ausencia de acuerdo en el diálogo social”, remarcaban para añadir que este, junto a la negociación colectiva sectorial, es “el mejor espacio para debatir sobre la jornada laboral”.
La tasa de bajas laborales en el comercio valenciano super la media nacional, un hecho que también registra la agricultura
El estudio también analiza las diferencias de las cifras de IT por motivos de salud en función de las características demográficas como el género y la edad de las personas trabajadoras, las ocupaciones, nivel de estudios y también de factores del entorno, como el sector.
Y llama la atención, destacan los autores, los datos de la IT en algunos de los sectores con mayor peso en España: por ejemplo, la tasa de IT del sector comercio en Valencia (5,39%) y Castelló (5,68%) se encuentra por encima de la media nacional (5,11%). Mientras que, en agricultura, uno de los sectores con menor tasa de IT (3,78%) en España, destacan las tres provincias valencianas por sus tasas de IT que superan la media sectorial, en concreto 6,43% en Castellón, 5,85% en Valencia y 5,48% en Alicante.
Al respecto, el presidente de CEV Alicante, Joaquín Pérez, ha advertido que “el absentismo laboral se ha convertido en uno de los principales retos para empresas, trabajadores y administraciones”. Según ha señalado, “este fenómeno impacta en la productividad y competitividad de las empresas, incrementa el gasto de la Seguridad Social y presiona al sistema sanitario”. En este sentido, ha defendido que es necesario afrontarlo con una visión realista, reforzando la colaboración público-privada entre Seguridad Social, Mutuas, servicios sanitarios y empresas; promoviendo entornos de trabajo más saludables y seguros; mejorando la gestión de las bajas médicas evitando duplicidades, y avivando la concienciación social, “para que el absentismo no se perciba como un derecho sin límites y actuemos con responsabilidad”.