Argentina y sus fantasmas. El país revivía sus crisis estas semanas con una prima disparada, la moneda hundida y la fuga inversora por el temor a que la agenda de Javier Milei descarrilase entre la falta de apoyo político y social y el impacto de su ajuste. El parche a la sangría ha llegado desde EE.UU., con Donald Trump al rescate de uno de los suyos.
El origen está en las urnas. A inicios de mes Milei perdió unas elecciones provinciales en Buenos Aires que había convertido en un plebiscito nacional. Decía que iba a arrasar. La más poblada, con el 40% de habitantes, eligió sin dudas al peronismo, su oposición. El temor es que sean un avance de las legislativas de medio mandato del 26 de octubre. La Libertad Avanza, partido de Milei, no controla las cámaras y ha vivido chocando con posibles aliados, por lo que si pretende seguir con sus reformas necesita un buen resultado. “El de Buenos Aires no fue el esperado y llegaron las dudas del mercado por la gobernabilidad. Disparó una huida del peso y los bonos”, comenta Matías Bolis Wilson, economista jefe en la Cámara Argentina de Comercio y Servicios.
La etapa de repunte sostenido que se esperaba tras los recortes no termina de llegar
Después de ello, el entorno financiero se deterioró. La turbulencia política ha disparado las fallas que tenía el sistema de Milei. Su era se parte en dos etapas. La primera con el desembarco en la Casa Rosada a finales del 2023, enarbolando un duro ajuste con su motosierra. Congeló el gasto público, despidió a miles de funcionarios, dejó de actualizar las pensiones, limitó la emisión monetaria… Todo para lograr un superávit fiscal primario y financiero ya insólito en Argentina.
El otro gran frente era la inflación, que ha pasado del 289% interanual visto en el 2024 al 34%. “La etapa de estabilización era súper necesaria. El país no podía desarrollarse con su inestabilidad fiscal, de precios y de tipos de cambio”, cree Bolis Wilson. “Viendo como estaba el país, aprobó la asignatura”. Ahora viene la segunda etapa. Tras meter la tijera, tiene que llegar el rebote sostenido de la actividad. Y no se está produciendo.
¿Se pasó de frenada? “El ajuste era necesario, la velocidad es más discutible. Milei tuvo como bandera el equilibrio fiscal y la política monetaria restrictiva para contener la inflación. En su primera etapa equilibró las cuentas de forma sorpresiva. No parecía trasladarse a la actividad y luego sí lo hizo… pero ahora se nota una merma en la actividad, con un consumo más débil. Hay un paro en el dinamismo que se empieza a sentir en las clases más vulnerables”, analiza Francisco Roch, profesor de Economía de la Universidad Torcuato Di Tella y execonomista del FMI. El ajuste pasó también por actualizar tarifas de servicios o transporte. La inflación se modera, pero no deja de estar en doble dígito. Con salarios que no van al compás y una vida cada vez más cara, tras tanto apretar no hay margen para más gasto.
Tampoco ayuda a ganarse apoyos el escándalo de la cripto Libra o las presuntas mordidas de su hermana Karina. “Mantener el equilibrio fiscal será más complicado si no se renueva un Congreso más favorable. Deja dudas de qué tan permanente es el equilibrio, porque va muy ligado a él”, sigue Roch. Quedan pendientes reformas, como en lo laboral, que precisan apoyo cameral.
Una disciplina sin mejora económica y sin apoyo político se torna imposible. Y los mercados así lo interpretaron, temiendo que se vuelva a los desequilibrios pasados. Con un acelerón reciente, los inversores vendieron sus pesos, sus bonos y sus acciones con premura. El riesgo país, similar a la prima, se iba a los 1.450 puntos tras trepar un 40%, el peso se dejaba un 10% con el dólar, los títulos caían a doble dígito… La huida del peso deja en duda el nivel de reservas. En abril el FMI acordó un préstamo de 20.000 millones de dólares en el que incidía en construir un colchón que no se ha hecho. El peso aún no flota libremente, sino que se mueve en unas bandas que si se tocan el Banco Central interviene. Tras tocar varias veces la superior, debió vender dólares para fortalecer el peso. Para defenderlo gastó 1.000 millones en unos días, ritmo insostenible.
El apoyo de EE.UU. da margen para llegar a octubre, con otra cita clave para el presidente
El huracán lo cortó Washington. El Tesoro americano ha puesto sobre la mesa 20.000 millones de dólares en un swap para Argentina y se ha ofrecido a comprar su deuda. La amistad de Milei y Trump pesa y sale a su rescate en una jugada geopolítica: quiere afianzar un aliado en el sur. Fue suficiente para calmar a los mercados, volviendo a niveles previos. Milei hizo su parte y retiró de urgencia impuestos a los cereales para captar dólares. “El respaldo de EE.UU. es un aval financiero. La volatilidad la esperamos por historia, y más en Argentina”, señala Bolis Wilson. Como sea, Milei gana tiempo para llegar con vida a octubre. ¿Tocará calmar la motosierra?