LLEGÓ ese momento mezcla de nostalgia e ilusión. De pereza y muchas ganas. De fin de una etapa e inicio de otra. En definitiva: se acabó el verano. Comienza la nueva temporada, y no precisamente futbolística, en la cual el ánimo, las perspectivas y las … tareas cambian radicalmente con respecto a la época anterior. Se pasa de las vacaciones y el tiempo libre, al trabajo y los nuevos retos. Y de los amores de verano, a los propósitos de septiembre. Todos sabemos que ambos son mentira pero, aun así, muchos se empeñan en autoengañarse año tras año; vamos a ello una vez más. Que no se diga.
Porque el que más y el que menos ha tenido algún romance veraniego. Y no sólo eso, sino que se ha agarrado a él, se ha aferrado a la opción de que fuera más duradero, de que significara un nuevo comienzo. Que ese tonteo al que ayuda la época estival acabara en relación estable. Que el flirteo terminara siendo amor. Pero no, la realidad es mucho más sencilla: los amores de verano son intensos, pero también efímeros. Son emocionantes, pero igualmente fugaces. Yo lo aprendí con unos doce años cuando conocí a Maripasi (a las semanas, por el remite de una carta, descubrí que no era Maripaz, sino María de la Pasión) en el edificio Rosa de los Vientos de la Costa del Sol, concretamente en Calahonda. Prácticamente todo acabó al hacer las maletas y regresar a Sevilla. Que cada uno lo traslade a su respectiva playa y lugar de residencia para verse reflejado.
Y, a la inversa, ocurre lo mismo cuando deshacemos el equipaje después de las vacaciones y nos ponemos con el listado de propósitos para septiembre, para el ‘nuevo año’. Que si «me voy a poner a hacer deporte y a los 40 llego como si tuviera 30», que si «de un libro al mes no bajo esta vez», que si «voy a dejar de fumar» o, incluso, que si «voy a romper con el pasado y comienzo una nueva vida». Mentira. Y lo peor es que lo sabemos. El porcentaje de cumplimiento es ínfimo, prácticamente insignificante, pero nos gusta tropezar con la misma piedra intentándolo una y otra vez. Es humano, somos así de torpes.
De modo que voy a hacer la lista de los míos para esta temporada 2025-2026: escribir de la finalización de las obras del puente del Centenario, de los avances en las líneas del Metro, de la limpieza de Sevilla, de políticos totalmente preocupados por su ciudad, de una financiación autonómica justa para Andalucía, de unas elecciones de la comunidad que sean transparentes y centradas en la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos. Y ya que estamos, que también debe haber algo de diversión, de la confirmación de la ampliación del recinto de la Feria. A ver cuántos cumplo…