Algunos emprendedores, cansados de los horarios interminables y de poner en juego su patrimonio, deciden convertirse en asalariados. A veces lo hacen para tener una mejor conciliación familiar y otras para tener una mayor estabilidad económica.
Sin embargo, Claudie Mercier, una mujer francesa de 30 años, ha decidido recorrer el camino contrario y dejar la empresa en la que ha estado diez años como trabajadora por cuenta ajena para convertirse en emprendedora.
Mercier ha optado por decir “basta” a ser una trabajadora más y ha decidido dar un giro a su carrera profesional. “Tenía ganas de ponerme a prueba, de salir de mi zona de confort”, ha destacado, en declaraciones al medio de comunicación francés Actu.fr.
La mujer se ha dedicado desde siempre a los oficios manuales. Durante la última década se ha ganado la vida como pintora de edificios. Y ahora se ha decantado por ser pulidora de arena. El trabajo se basa en la utilización un equipo que lanza arena a presión para limpiar, pulir o decapar superficies.
A través de ese proceso que utiliza la arena como abrasivo se consiguen eliminar diversas sustancias (como óxido, pintura, suciedad y otros contaminantes) de materiales como metal, madera o piedra.
Respecto a las razones para dar ese cambio radical en su vida, Claudie Mercier ha afirmado que “estaba harta de ser asalariada. También quería demostrarle a mi hija que se puede ser mujer y emprendedora”.
En cuanto a su nuevo trabajo como pulidora de arena, la mujer ha subrayado que en muchas ocasiones los objetos con los que utiliza su máquina para dejarlos como nuevos encierran historias detrás y son altamente valiosos para sus dueños.
“A menudo, los objetos que me traen tienen un gran valor emocional para sus propietarios”, ha resaltado Mercier, quien añade que le hace muy feliz hacer sonreír a sus clientes al devolver a su estado original esos objetos tan importantes para ellos.