Son grandes, impersonales, albergan franquicias y tiendas construidas en serie por las grandes distribuidoras, no ofrecen una experiencia auténtica ni alta gastronomía, pero resultan irresistibles. Cinco años después de la pandemia, cuando la sentencia de muerte de los centros comerciales de Sevilla y de medio … mundo estaba firmada, resurgen con más fuerza que nunca. Con el comercio electrónico en cifras de récord, que activa cada día miles de plataformas de venta on line, estos gigantes monumentos al consumo siguen sumando visitantes.
La explicación no es otra que haber sabido identificar las necesidades de los usuarios e incluso fabricar otras nuevas. Y hasta una ciudad que presume de defender a muerte sus tradicionales, son todo un ejemplo del triunfo. Cuando sólo falta un mes para que los dos últimos centros comerciales que se levantaron en Sevilla cumplan seis y siete años, respectivamente -la feroz estrategia de marketing de Lagoh le arrebató a Torre Sevilla su primer aniversario eligiendo la misma fecha de inauguración- siguen anunciando nuevas firmas de retail y hostelerías y elevando el nivel de ocupación.
Este modelo de negocio no ha conocido techo hasta el momento y se sigue replicando. Recientemente se ha anunciado un nuevo proyecto en Entrenúcleos y se rediseñan los clásicos como Los Arcos, que afronta ahora su última transformación integral con la nueva fachada, valorada en 25 millones de euros, o el archiconocido ‘Factory del Aeropuerto’, rebautizado hace unos años como Sevilla Fashion Outlet, que cada vez ocupa más superficie del polígono industrial Los Espartales.
Nervión Plaza también sufrió una importante reforma tras la pandemia y sigue manteniendo el podio de la ubicación más demandada. Hace más de dos décadas que no tiene locales vacíos y las principales distribuidoras de retail se lo disputan hasta el punto de abrir enseñas del mismo grupo en competencia directa unas con otras para no soltar los locales. Hay quien lo atribuye a la céntrica ubicación, pero para céntrico ya estaba Plaza de Armas que no sólo no tiene tiendas, sino que lleva años sin gestor por una pura falta de interés, porque las instalaciones son impecables y recientemente se han rehabilitado la fachada y las cubiertas. Adif, que sigue siendo el propietario de la antigua estación de Córdoba, dice que volverá a hacer un nuevo intento por colocarlo tras rechazar la oferta del Ayuntamiento de Sevilla para convertirlo en un equipamiento municipal. Será la séptima vez que lo saque a concurso. Espero que haya suerte.
Lo que garantiza el futuro de los centros comerciales es la conquista de las nuevas generaciones, que lo han convertido en un espacio propio, en punto clave de encuentro y parte fundamental de sus hábitos de ocio, aunque sean muchas más las horas compartidas que los euros gastados. La fidelidad que muestran los jóvenes es impagable y esa es, sin duda, su mayor conquista.