2020 empezó muy intenso para la familia real británica. Con todavía coleando la vergonzosa retirada del príncipe Andrés, el príncipe Harry y Meghan Markle anunciaron de forma unilateral su intención de cambiar sus roles en la casa real británica. El escándalo fue mayúsculo, la ruptura familiar, importante, y finalmente no les quedó más remedio que elegir entre quedarse como estaban o irse completamente de la casa real británica. Eligieron lo segundo.
Los duques de Sussex construyeron su propia vida en Estados Unidos y no escatimaron en ataques contra la casa real británica o incluso contra algunos de sus miembros. Siempre salvaron a la reina Isabel y el duque de Edimburgo, mientras que Carlos, Camilla y Guillermo, o incluso Kate Middleton, fueron los que salieron peor parados. Eso sí, sus mayores críticas fueron contra la prensa británica y contra la maquinaria de Buckingham Palace.
Harry y Meghan durante la entrevista con Oprah.
Luego llegaron la entrevista a Oprah Winfrey, que fue demoledora, sumada a otras del príncipe Harry, la docuserie Harry y Meghan, de Netlix, donde no dejaron títere con cabeza, En la sombra, la explosiva biografía del duque de Sussex, y el juicio contra el ministerio del Interior británico de Reino Unido. Harry reclamaba que se le debía proporcionar seguridad tanto a él como a su mujer y a sus hijos cuando estuvieran en suelo británico. El hijo de Carlos III perdió.
Fue precisamente el asunto de la seguridad lo que hizo al príncipe Harry conceder una entrevista a BBC, donde declaró que su padre no le hablaba justo por este tema y que quería reconciliarse con su familia. Esta vez no exigió disculpas, como sí había pedido en anteriores ocasiones. Harry bajaba el tono buscando un acercamiento.
El príncipe Harry saliendo de Clarence House tras su segundo encuentro con Carlos III en 19 meses.
El deshielo llegó en julio de 2025 cuando hubo una reunión entre Buckingham Palace y el equipo de los Sussex en Londres. Un par de meses más tarde se produjo el encuentro entre Carlos III y su hijo, el primero cara a cara en más de año y medio. El anterior había sido en febrero de 2024 cuando el príncipe Harry viajó a Londres para comprobar cómo se encontraba su padre tras el anuncio de que tenía cáncer.
Aquella vez, la reunión no duró mucho. En esta ocasión, Harry llegó a Clarence House a las 17:20 horas y se marchó 55 minutos más tarde. Padre e hijo tomaron el té y hablaron, pero acordaron que no filtrarían el contenido de su conversación. El duque de Sussex prometió al monarca que guardaría silencio. Nada de entrevistas, nada de declaraciones y nada de filtraciones. La confianza es fundamental para que haya un acercamiento.
Guillermo y Camilla, los villanos de esta historia
Parece que Carlos III se ha ablandado. Al final es un padre que desea el regreso del hijo pródigo y también pasar tiempo con sus nietos pequeños. El príncipe Archie y la princesa Lilibet no ven a su abuelo desde 2022. El rey lleva 3 años sin disfrutar de unos nietos a los que apenas conoce. Pero hay otras dos personas, muy importantes en el organigrama real y en la vida de Carlos III, que aunque puedan aceptar el acercamiento, desconfían del príncipe Harry y no están dispuestos a verse con él. Se trata del príncipe Guillermo y no, no de Kate Middleton, sino de la reina Camilla.
Aunque el príncipe de Gales estuvo cerca de su hermano, ni se le pasó por la cabeza reunirse con él. Parece evidente que sabía que su padre sí le iba a recibir, pero Guillermo no quiere saber nada de Harry. No se fía de él después de sus polémicas entrevistas y de la biografía, y está dolido por lo que ha sufrido su mujer con todo esto. Porque de Kate Middleton no han hablado tanto, pero no olvida todo ese Kate vs. Meghan y aquello sobre quién había hecho llorar a quién.
Las revelaciones del duque de Sussex hicieron saltar por los aires la presuntamente idílica relación fraternal. No existió realmente nunca. Harry reveló que su hermano mayor, que le llamaba Harold, siempre le hizo sentir inferior, el repuesto. “Desde que éramos pequeños, Willy siempre había adoptado esa posición, ante todo. Yo tengo que acudir a él y arrodillarme expresa, directa y oficialmente. Si no, el heredero no me auxilia”.
El príncipe Guillermo y el príncipe Harry.
El príncipe Guillermo quedaba como un villano también en una pelea entre ambos que ocurrió en Nottingham Cottage, la casa en Kensington Palace en la que vivieron Harry y Meghan. Una discusión entre ambos pasó de la tensión verbal, con el príncipe de Gales calificando a Meghan como difícil y grosera, a la agresión física. Harry reveló en su biografía que su hermano le pegó: “Me agarró por el cuello, me rompió el collar que llevaba y me tiró al suelo, aterricé en el plato del perro, que se partió debajo de mi espalda y los pedazos me cortaron”. Poco después, el heredero se disculpó con él.
Por otro lado, el duque de Sussex recordaba su mala idea de disfrazarse de nazi en una fiesta. Todo el mundo vio su elección porque uno de los presentes hizo fotos y las vendió a la prensa. El escándalo fue enorme y dejó su imagen en mal lugar, y aunque no se justifica, Harry señaló en su libro que antes de ponerse el traje de nazi, lo consultó con Guillermo y Kate y que ellos le animaron a hacerlo.
El Príncipe Carlos y Camilla Duquesa de Cornualles, tras la bendición de su matrimonio en 2005.
Y luego está la reina Camilla. La imagen de una madrastra y un hijastro con buena relación es otro espejismo. De la esposa de su padre dijo que era peligrosa, le acusó de tener un papel principal en la ruptura del matrimonio de sus padres y desde luego, no le tenía ninguna simpatía. En En la sombra, el benjamín de Carlos y Diana asegura que tanto él como su hermano terminaron aceptando la relación de su progenitor y Camilla, pero pidieron a su padre que no se casara. A la vista está que no les hizo caso.
Le acusó de haber filtrado lo que ocurrió en los muros de palacio para perjudicar a unos y protegerse a ella misma. Habló de ella como una villana que necesitaba rehabilitar su imagen para casarse con Carlos y ser reina alguna día, algo que terminó logrando. Y para ello, llevó a cabo lo que hiciera falta. En su caso expresó que “le sacrificó en su altar personal de relaciones públicas”.
Carlos y Camilla, el príncipe Guillermo y el príncipe Harry en una ceremonia en la academia militar de Sandhurst.
El príncipe Harry retrató a su hermano y su madrastra como los dos grandes villanos de la familia en un libro al alcance de cualquiera y que estará ahí para siempre. Carlos III quiere pasar página, pero no está claro que ellos vayan a ser tan indulgentes. “Algunos miembros de mi familia no me van a perdonar haber escrito un libro y nunca me perdonarán por otras muchas cosas, pero me encantaría una reconciliación con mi familia. No tiene sentido seguir peleando más”, dijo Harry a BBC en mayo de 2025. Y no se equivoca en la primera parte. Reconciliarse con su padre es la parte fácil. Con su hermano y su madrastra… Eso está por ver.