La restauración de la antigua Iglesia de San Hermenegildo supone la recuperación de un edificio de un gran valor histórico para la ciudad de Sevilla. El templo fue proyectado por el arquitecto Juan Bautista de Villalpando y construido entre 1616 y 1620 por orden de … los jesuitas para impartir las enseñanzas de Retórica, Artes y Teología. Su traza elíptica, al decir de González de León, le daba «figura de huevo», aunque tenía un precedente en la arquitectura sevillana, como era la Sala Capitular de la catedral, construida por Hernán Ruiz en 1558.
Cuando los jesuitas fueron expulsados en 1767, una parte del edificio fue dedicada a la institución de los llamados «niños Toribios», que acogía a los jóvenes huérfanos para darles educación. En 1798 se instaló en la iglesia la hermandad de la Escuela de Cristo y en 1802 ocupó también un amplio sector del colegio un regimiento de artillería. Pero la mayor significación histórica del edificio le fue proporcionada por haber sido sede de las Cortes Españolas durante el año de 1823.
Las circunstancias que llevaron a aquellas reuniones en Sevilla son bien conocidas. En 1823, durante el reinado de Fernando VII, el régimen liberal implantado tres años antes se vio amenazado por las potencias conservadoras de Europa, que enviaron a España a un ejército francés –«los Cien Mil Hijos de San Luis»- para que restaurase en España la monarquía absoluta. Ante la amenaza que suponía el avance de los franceses, las Cortes decidieron trasladarse a Sevilla, arrastrando consigo al monarca Fernando VII, que se resistió lo que pudo a marchar hacia el sur. En Sevilla el Cabildo decidió acondicionar con toda rapidez el templo de San Hermenegildo, que era el que mejores condiciones reunía para acoger a los diputados. Además, debió ser la propia estructura del templo lo que más influyó en esta decisión, ya que el edificio reunía unas condiciones parecidas a las del oratorio de San Felipe De Neri, con su planta elíptica, donde se habían celebrado pocos años antes las Cortes de Cádiz. Allí se llevaron, por ejemplo, algunas de las pinturas del Hospital de la Santa Caridad para su adorno y se adecentaron algunos de sus servicios.
Ya en Sevilla, el presidente de las Cortes Manuel Flores Calderón abrió las sesiones con un discurso en el que hizo referencia a la magnífica acogida que había recibido la comisión por todas las poblaciones por las que había pasado en su recorrido desde la capital, las cuales habían dado prueba de gran entusiasmo y patriotismo, convirtiendo el trayecto en una carrera «verdaderamente triunfal». Terminó haciendo votos por la consolidación del sistema constitucional y por la firmeza en la defensa de la libertad.
Las Cortes estuvieron reunidas en Sevilla desde el 23 de abril hasta el 11 de junio de 1823 y en el transcurso de esos cincuenta días, celebraron cincuenta y tres sesiones. Del intenso trabajo que desarrollaron los diputados, dan fe las actas de las sesiones que fueron recogidas por la Gaceta de Madrid y publicadas más recientemente por el Parlamento andaluz, bajo la presidencia de Antonio Ojeda en 1986. En efecto, se trataron muchas cuestiones y de muy desigual importancia, pues junto a asuntos de puro trámite se trataron otros de verdadera trascendencia política. Quizás el más importante de todos fue la declaración de incapacidad del rey para poderlo llevar contra su voluntad a Cádiz cuando las Cortes decidieron trasladarse a esta ciudad ante el amenazante avance hacia el sur de los Cien Mil Hijos de San Luis.
Finalmente, la forzada salida del rey permitió que se levantasen las Cortes y procediesen a su traslado a la ciudad de Cádiz, dando así por finalizado este importante episodio de la historia de Sevilla.
En época más reciente, San Hermenegildo fue la sede del Parlamento andaluz durante casi tres legislaturas a partir de diciembre de 1985 hasta febrero de 1992, lo cual proporcionó al edificio una mayor significación histórica.
Ahora, la rehabilitación del edificio de San Hermenegildo después de años de abandono ofrecerá un nuevo espacio cultural para la ciudad. Su contenido, confiado a la Fundación Focus, constituirá un permanente museo de la riqueza patrimonial de Sevilla y a buen seguro que servirá de atractivo, no solo para los sevillanos sino para todos los visitantes que cada vez en mayor número se sienten seducidos por la oferta cultural y artística de la capital andaluza.
RAFAEL SÁNCHEZ MANTERO