En un país donde miles estudiantes sufren acoso escolar y el ciberbullying crece a un ritmo alarmante de la mano de la Inteligencia Artifical (IA), ya no se puede esperar a que el problema estalle para ponerle solución. Hay que empezar mucho antes, en la infancia concretamente. La buena noticia es que puede hacerse jugando, la actividad predilecta entre los más pequeños.
En 2024, la Fundación ANAR atenidó 4.786 casos de acoso escolar mediante sus Líneas de Ayuda. Cada incidente puede requerir múltiples intervenciones, con lo que, en total, se atendieron 14.668 peticiones de apoyo psicológico, social o legal, solicitadas tanto por los menores implicados como por sus familiares, profesionales del ámbito educativo o personas que fueron testigos de los hechos.
“El acoso escolar ha crecido en lo que se refiere al ciberbullying, se ha duplicado. Está potenciado por el uso de herramientas más sofisticadas, como es la Inteligencia Artificial, que ayuda a veces, en su uso inadecuado, a crear contenidos para hacer daño a las víctimas”, explica a El HuffPost Diana Díaz, directora de Líneas de Ayuda ANAR y psicóloga especializada en infancia y adolescencia
Díaz también señaló hace unos días que, si bien los últimos datos son “un poco más favorables” que los del año anterior, “no es un tema erradicado y debemos seguir trabajando”. “Cabe recordar que 1 de cada 4 alumnos/as afirma que la situación de acoso escolar se lleva produciendo desde hace más de un año, es una situación preocupante que se puede cronificar en el tiempo”, añadió.
Mirada a la infancia, la etapa más importante de la vida
Para paliar es problema, Miniland, juguetera especializada en desarrollo emocional en la primera infancia, y la Fundación ANAR, referente nacional en la protección de menores, han decidido mirar hacia la infancia, ese momento en que se construyen los valores, la empatía y la forma de relacionarse con los demás.
Así nace #AliadosenelJuego, una inédita colección de juegos educativos que no solo entretienen, sino que enseñan a identificar emociones, resolver conflictos y decir “no” al bullying desde los primeros años de vida.
“No son solo juegos, son herramientas para que los niños tomen consciencia de sus emociones. Estas les ayudan a fomentar una buena autoestima y ofrecen a docentes y familias los recursos que les ayuden a abordar el problema del bullying”, afirmó Almudena Richart, Marketing Manager de Miniland, en el acto de presentación.
La colección está compuesta por tres juegos diseñados para fomentar la empatía, la autoestima y la resolución de conflictos en niños desde los dos años:
- Emotiduos (+2 años): un puzzle que enseña a reconocer emociones opuestas mediante imágenes cotidianas, promoviendo el diálogo y el trabajo cooperativo.
- Me pongo en tu lugar (+3 años): un tablero emocional que plantea situaciones de pre-acoso escolar, ayudando a los niños a identificar y gestionar emociones propias y ajenas.
- Escapa de Monstruolandia (+5 años): un juego cooperativo en el que los niños deben superar pruebas para vencer a Lord Dark, un villano simbólico que representa las distintas formas de bullying.
Este último juego ha recibido recientemente el premio ‘Mejor Juguete del Año’ en la categoría ‘Mejor Juguete para cambiar el mundo’, dentro de los Premios del Juguete, los más importantes del sector en España.
“En la etapa de infantil ya vemos los primeros signos de relaciones autoritarias, relaciones de poder”
Diana Díazsubraya la importancia de esta propuesta: “Nos parece necesaria sobre todo porque los juegos que presentan van dirigidos a edades muy tempranas para afrontar temas como el acoso escolar. Normalmente, todas las campañas o juegos se dirigen a edades donde el problema ya se ha desarrollado. Por eso, valoramos esta iniciativa de juegos muy didácticos en estas primeras etapas”.
Por su parte, Paola de la Cruz, docente y asesora pedagógica, recuerda que “el acoso no ocurre solo en primaria o secundaria. Empieza mucho antes”. “En la etapa de infantil ya vemos los primeros signos de relaciones autoritarias, de poder. La prevención real del acoso tiene que empezar en los primeros años de vida”, explicó el día en que salieron a la luz los juegos.
En cuanto a las señales de alerta, Díaz recomienda a docentes y familias estar atentos a cambios significativos en el comportamiento o estado anímico de los pequeños: “Podemos estar hablando de un menor más retraído, melancólico o irascible. También puede haber deterioro en el rendimiento escolar, pérdida de material, síntomas psicosomáticos, alteraciones en el sueño o la alimentación, o verbalización de amenazas”.
“Si detectamos estos indicios, hay que abrir la vía de la comunicación, escuchar su voz y trabajar la educación emocional y la resolución de conflictos”, insiste. Asimismo, solicita que se dote a los centros escolares de recursos adecuados: “Hay que implicar desde el profesorado al alumnado en la solución de conflictos, garantizar que el coordinador de bienestar tenga la cualificación apropiada, y establecer mecanismos de ayuda y denuncia”.
Con esta alianza, Miniland y Fundación ANAR buscan posicionarse como referentes en el desarrollo psicosocial infantil y ofrecer soluciones concretas para combatir el acoso escolar desde la raíz. “Queremos que el juego sea un aliado en el desarrollo emocional. Si desde la infancia enseñamos a reconocer y gestionar las emociones, podemos construir una sociedad más empática, respetuosa y libre de acoso”, señalan desde Miniland.