Una buena reforma puede servir para revalorizar una vivienda. Sin embargo, lo que ha conseguido una joven pareja australiana al reformar una casa de un dormitorio rompe todas las previsiones posibles.
Tal y como recoge el medio de comunicación australiano news.com.au, los protagonistas de esta historia son Hayley Johnston y Drew Harding, una diseñadora de interiores y un electricista, respectivamente.
Ambos adquirieron un pequeño apartamento de 55 metros cuadrados ubicado en Sídney por 641.000 dólares con la intención de mejorar la vivienda y poder venderla por un precio superior, algo que han conseguido con creces.
“Queríamos una propiedad que pudiéramos reformar”, ha destacado Johnston en declaraciones al citado medio. Pese a que el inmueble no se encontraba en las mejores condiciones cuando lo compraron, sí que contaba con dos puntos fuertes: una terraza acristalada y una ubicación muy buena (en una calle principal a solo unos metros de la costa).
En un primer momento, la pareja estimó que terminar la reforma les llevaría un año. Sin embargo, los cálculos fueron equivocados y las obras se alargaron durante un periodo de tres años.
“Lo hicimos casi todo nosotros mismos”
“Lo hicimos casi todo nosotros mismos y nos llevó la mayor parte de los fines de semana”, ha señalado la mujer, explicando que si hubieran contratado a un constructor “nos habría costado el triple”. En concreto, Johnston ha expresado que “sé, por experiencia, que nos habría costado alrededor de 400.000 dólares”.
Sin embargo, la cantidad invertida fue mucho menor. “Dijimos que gastaríamos unos 100.000 dólares, y gastamos unos 120.000, pero yo llevaba un control riguroso de cada dólar que gastábamos y tenía una hoja de cálculo”, ha precisado la mujer.
Con la obra ya terminada, les llegó una gran oferta para adquirir el apartamento, 1.020.000 dólares, y la aceptaron pese a que varios agentes inmobiliarios podrían llegar a obtener 1,1 millones de dólares. Descontando los 120.000 dólares destinados a la reforma, la pareja ha logrado con su reforma un beneficio de más de 250.000 dólares.
Y la pareja no piensa quedarse ahí. Su plan es repetir el proceso adquiriendo nuevos inmuebles para reformar y vendiéndolos con beneficios hasta lograr el dinero suficiente para comprar una gran casa en Sídney en la que residir de manera definitiva.