La derrota del gobierno de Gustavo Petro en la elección de Carlos Camargo como nuevo magistrado de la Corte Constitucional se oficializó a las 5 de la tarde de este miércoles, pero se conoció desde el mediodía, cuando la plenaria del Senado aceptó el impedimento que presentó la senadora Isabel Zuleta.
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Antes de ello, se venía hablando de que sería una elección muy cerrada entre el ahora magistrado y María Patricia Balanta. En las primeras de juego se había descartado cualquier posible victoria de Jaime Humberto Tobar. Las cuentas previas daban que Camargo iba a tener una votación alrededor de los 52 votos, casi los mismos de Balanta, por lo que incluso se estaba hablando de que el Senado se debía prepara para ver qué hacer en caso de empate.
Carlos Camargo, nuevo magistrado de la Corte Constitucional. Foto:Senado
El exdefensor del Pueblo Camargo había logrado picar en punta al comienzo de la contienda, impulsado en gran parte por su cercanía con el Congreso y por ser visto como un contrapeso al presidente Petro en el máximo tribunal constitucional. También fue señalado de supuestamente apalancar su nominación en la entrega de burocracia en la entidad que dirigió hasta mayo de 2024.
Sin embargo, en los días previos comenzó a crecer la candidatura de María Patricia Balanta. En ella confluyó en un primer momento el petrismo, que la veía como la más seria alternativa a un Camargo que asocian con el gobierno de Iván Duque, y buena parte del Partido de la U, pues supuestamente había tenido el guiño de la gobernadora del Valle del Cauca, Dilian Francisca Toro.
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Mientras Balanta crecía en apoyos, se dio un debate mediático sobre la posibilidad de que su elección fuera una forma de cambiar las cargas en la Corte Constitucional y que el presidente Gustavo Petro se hiciera con las mayorías. Aunque ha tenido una reconocida carrera en la rama judicial, el apoyó de la Casa de Nariño hizo que recibiera la calificación de petrista.
Carlos Camargo es elegido como el nuevo magistrado de la Corte Constitucional. Foto:John Pérez / El Tiempo
Se entró a la última semana y aumentaron las tensiones. Desde el Senado aseguran que hubo una mayor presión desde el gobierno para buscar votos a favor de “su candidata”: llamadas, reuniones y supuestamente amenazas de quitarles burocracia si ganaba Camargo. También hubo un pronunciamiento público del presidente Gustavo Petro en el que llegó a asociar a Carlos Camargo, de manera indirecta, con el fascismo y aseguró que la elección de este miércoles definiría las fuerzas en el Congreso. En la noche de este martes las cuentas estaban igualadas.
Sin embargo, en la tras escena, la gobernadora Toro negó cualquier apoyo a Balanta. Algunas fuentes aseguran que fue por una pelea con el presidente Petro, y otros adjudican el pronunciamiento interno a que desmintió la versión que uno de los copresidentes de ‘la U’ habría dado por sus diferencias históricas con Camargo. Lo cierto es que la negativa de la gobernadora a endosar su apoyo a Balanta le habría terminado de jugar en contra a esa candidatura, pues los congresistas del Partido de la U terminaron quedando en libertad y prefiriendo a Camargo, una persona que ha tenido cierta cercanía a la colectividad y en la que su origen Caribe terminó influenciando a varios de sus miembros.
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En la mañana del miércoles, cuando nadie se atrevía a vaticinar un resultado, las tensiones aumentaron con la información de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) le había dado medidas cautelares a los senadores Temóstocles Ortega y Ana María Castañeda, lo que dejaba en puntos suspensivos la sanción que les impuso Cambio Radical por no haber participado de la sesión en la que se negó la consulta popular. La causa gobiernista ganaba dos votos.
A esto se sumó el anuncio de que en la noche el partido Aico le había suspendido los derechos de voz y voto a su senador Richard Fuelantala, un congresista que ha votado con el gobierno pero que en esta ocasión se habría inclinado más por apoyar a Carlos Camrgo.
Carlos Camargo le da la mano a Lidio García, presidente del Senado. Foto:John Pérez. EL TIEMPO
El clima político se enrareció aún más al conocerse que el presidente del Senado, Lidio García, ordenó negarle la entrada al recinto de la plenaria a cualquier persona que no fuera congresista. Se quedaron por fuera asistentes, asesores, abogados que venían a hacer campaña por uno u otro y hasta ministros.
Pasó a ser anécdota de la jornada la imagen del ahora exministro de Trabajo, Antonio Sanguino, pidiendo que le dejaran entrar para asistir a la votación. “Dicen que el dictador es Petro, pero un liberal como Lidio no nos deja entrar a la plenaria”, alcanzó a decir el proveniente de la Alianza Verde. El presidente reafirmó ante medios que ningún persona ajena a los senadores estaría habilitada para estar en el recinto de la plenaria. Aseguró que los ministros podrían estar en el salón social, pero ninguno se apareció por allá.
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Armando Benedetti, ministro del Interior, no se acercó en ningún momento al Congreso sino que se quedó despachando desde el tercer piso de la Casa de Nariño, cumpliendo las funciones de ministro delegatario. Sin miembros del gobierno, la votación comenzaba a perfilarse como compleja para sus intereses.
La sesión comenzó a eso de las 11 de la mañana y primero se intentó cerrar la votación que había quedado abierta sobre el proyecto que busca crear la Universidad del Ministerio Público. Se pasó a votar los impedimentos. Aceptaron los de la senadora Isabel Zuleta (Pacto Histórico) y el senador Marcos Daniel Pineda (Partido Conservador).
Este último se hizo bajo pedido expreso de él, que recordó que estaba impedido para participar de la votación ya que es cuñado de Camargo. En cambio, el de Zuleta fue sorpresivo.
Señaló que presentó su impedimento únicamente para participar de la comisión de acreditación pues era muy cercana a una de las demandantes de la terna que se iba a votar. Sin embargo, el recurso fue puesto a consideración de la plenaria bajo la premisa de que estaba inhabilitada para participar de cualquier etapa del proceso.
La oposición al gobierno Petro vio en esta inhabilidad una forma de quitarle un voto al petrismo, algo deseado en un momento en el que las cargas estaban muy igualadas. Con una votación de 51 por el sí a 47 por el no, aceptaron el impedimento. La senadora Zuleta pasó a aclarar que sólo el impedimento era para participar en la comisión de acreditación, pero le señalaron que la plenaria había aplicado el impedimento para todo el proceso de elección.
Los ternados sentados en el recinto del Senado. Foto:Milton Díaz / EL TIEMPO
Fue una discusión de casi una hora, en la que María José Pizarro intentó abogar por su compañera de bancada y pidió la reapertura de la votación. Fue el mismo resultado, aunque esta vez se impuso el no. De esta forma, Zuleta quedó marginada del debate de este miércoles y se evidenció que el gobierno Petro no tenía las mayorías para apoyar a su candidata. Para muchos de los presentes, fue en esta votación que se concretó la victoria para Camargo. Los que estaban dudando entre el candidato del gobierno y el de la oposición se decantaron por el que tenía mayorías.
La posición de gobierno cayó en una clara desventaja, que se agudizó con el anuncio de que el CNE había revocado las medidas cautelares a favor de la senadora Castañeda, por lo que de nuevo quedaba en firme su sanción para tener voz y voto en el Senado. Desde el tribunal electoral se aseguraron de que la notificación fuera en cuestión de minutos.
Castañeda, que se sienta al lado de Lidio García como vicepresidenta del Senado, trató de salir de la sesión sin llamar la atención. Tomó su bolso y se desplazó por el pasillo de la izquierda. Minutos después, el senador Carlos Fernando Motoa, también de Cambio Radical, tomó la palabra para leer la decisión del tribunal electoral.
Temístocles Ortega, a quien no le revocaron las medidas cautelares pero estaba en un escenario similar a Castañeda, tomó la palabra para decir que su sanción no estaba en firme debido a que habían impugnado ante el CNE. En simultáneo regresó Castañeda con su bolso y retomó su lugar. Tanto la intervención de Ortega como el regreso de su compañera de partido abrió un nuevo debate que se extendió por casi una hora.
El secretario del Senado tuvo que intervenir para aclarar que las medidas cautelares a favor de Ortega seguían en firme, que Fuelantala, de Aico, no tenía una sanción ejecutoriada, y que ya había sido notificada la mesa directiva del Senado sobre la determinación del CNE contra Castañeda. De inmediato agregó que, no obstante, esta había radicado una impugnación, por lo que la decisión quedaba suspendida. El debate se extendió por varios minutos más hasta que el presidente García intervino: dejó a consideración de cada uno de los vinculados su participación o no en la sesión. Los tres votaron.
Zanjada la polémica, se nombró la comisión escrutadora y se procedió a votar. Como parte del procedimiento se decidió tapar las cámaras de seguridad que pudiesen registrar el marcado de las papeletas y se dispuso de un cubículo para garantizar el secreto de los votos. Asimismo, se contó cada una de las papeletas, 105, para garantizar que sólo hubiese una por senador y no se repitiera el voto doble de la elección del magistrado Miguel Polo Rosero. Como había dos congresistas impedidos, se rompieron las que no se iban a usar.
La candidata María Patricia Balanta. Foto:John Pérez. EL TIEMPO
Se llamó uno por uno a emitir su voto. Las miradas estaban encima del cubículo de votación, similar a los que usa la registraduría en las jornadas electorales. “Está tomando una foto al voto, está tomando una foto al voto”, era un grito que se repetía de vez en cuando como forma de alertar una supuesta violación al secretismo del sufragio.
Pasaron los 103 senadores a la urna y fueron cerca de cinco minutos mientras se hacía el escrutinio. No se había emitido la decisión de forma oficial cuando los partidarios de Camargo comenzaron a abrazarlo. Se había impuesto: 62 votos a favor contra 41 que tuvo Balanta. Fue sorpresiva la diferencia, pues en las cuentas se tuvo que el que ganara lo haría por un margen muy estrecho.
“Tenemos que revisar, Fue una paliza porque pensábamos que la diferencia iba a estar muy reñida. Pensamos que iba a haber un empate. Algo falló y alguien está mintiendo en la coalición de gobierno”, dijo a la salida la senadora Martha Peralta, del Pacto HIstórico. Su postura retrató el sentimiento que predominó en el seno de gobierno, tanto así que una hora después de la votación se conoció que iniciaba un nuevo remezón ministerial.
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Salían del Ejecutivo los ministros de Trabajo, Antonio Sanguino (Alianza Verde); TIC, Julián Molina (Partido de la U); y Comercio, Diana Marcela Rojas (Partido Liberal). Desde el gobierno se les había advertido horas que su continuidad en gobierno dependía del resultado de este miércoles. “No vimos reflejados su votos a favor del gobierno en la elección de Camargo”, comentaron cercanos a la Casa de Nariño que confirmaron las nuevas salidas del gabinete Petro.
La elección de este miércoles no sólo fue una derrota para las intenciones de Gustavo Petro de frenar la llegada de Carlos Camargo, sino que abre un nuevo remezón ministerial cuando apenas faltan 10 meses de gobierno y se pensaba que el equipo de gobierno se iba a mantener intacto hasta el final.
Declaración de Carlos Camargo tras su elección Foto:
JUAN SEBASTIÁN LOMBO DELGADO
Redacción política