La política exterior siembra división en el Gobierno. El plan de paz para Gaza anunciado este lunes por Donald Trump y Benjamin Netanyahu ha causado reacciones dispares en el Consejo de Ministros, con el presidente, Pedro Sánchez, celebrando la propuesta y el socio minoritario de la coalición cargando con vehemencia contra ese mismo plan.
Los ministros de Sumar han querido dejar constancia de su rechazo y han hecho público un comunicado donde condenan el acuerdo, asegurando que es una “imposición” que convertiría a Palestina en “un protectorado de Washington”. “Este acuerdo perpetúa el desequilibrio, legitima la impunidad de Israel tras un genocidio”, critican desde el ala liderada por Yolanda Díaz.
Los ministros de Sumar descalifican el plan al considerar que “no es una propuesta de paz, sino una imposición”. Critican además que la “transición” esté tutelada bajo “control estadounidense y sin garantías políticas” para el pueblo palestino, lo que a su juicio supone un “intento de consolidar el ‘statu quo’ de ocupación y violencia que niega derechos fundamentales”.
Lejos de estas críticas, Sánchez ha celebrado la propuesta y ha asegurado que “España da la bienvenida” al plan impulsado por Estados Unidos para “poner punto final a tanto sufrimiento”. “Es la hora de que cese la violencia, se produzca la inmediata liberación de todos los rehenes y se dé acceso a la ayuda humanitaria para la población civil”, ha defendido en un mensaje en la red social X. Al tiempo en el que ha ahondado en la apuesta de que “la solución de dos Estados, Israel y Palestina, conviviendo uno junto a otro en paz y seguridad, es la única posible”.
Desde La Moncloa han subrayado las esperanzas que genera el plan de una salida negociada, un alto el fuego permanente, la liberación de todos los rehenes y la entrada masiva de ayuda humanitaria para detener la hambruna en Gaza. Fuentes del Ejecutivo señalan que “el Gobierno reitera su apoyo a los esfuerzos para lograr una paz duradera en Oriente Medio, sobre la base de la implementación de la solución de los dos Estados”. “Un sufrimiento que ya ha durado demasiado”, apostillan.
Comunicado de los ministros de Sumar
El plan presentado por Donald Trump y Benjamin Netanyahu no es una propuesta de paz, sino una imposición. Es profundamente preocupante que se pretenda resolver el conflicto ignorando a la población palestina, el papel de sus instituciones legítimas y el marco de Naciones Unidas. La idea de una “transición” tutelada bajo control estadounidense y sin garantías políticas para el pueblo palestino no es más que un intento de consolidar el statu quo de ocupación y violencia que niega derechos fundamentales.
Convertir Palestina en un protectorado dirigido por Washington, al margen de la legalidad internacional, no puede considerarse una solución sino un nuevo capítulo en la negación sistemática de su soberanía. Un verdadero proceso de paz no puede construirse desde la amenaza militar ni desde la exclusión de una de las partes , especialmente, de las víctimas, sino sobre la base del derecho internacional, la justicia y el reconocimiento pleno del Estado Palestino.
Lejos de abrir un horizonte de convivencia, este acuerdo perpetúa el desequilibrio, legitima la impunidad de Israel tras un genocidio que ya dura dos años y ha causado decenas de miles de muertes, y pretende hacerlo precisamente cuando el clamor mundial por una paz justa se ha intensificado: con propuestas de numerosos estados en Naciones Unidas en favor de Palestina, con iniciativas diplomáticas y con una enorme movilización social global frente a la impunidad israelí.
Debemos rechazar con claridad cualquier plan que no garantice el cese inmediato de la violencia, el levantamiento del bloqueo, la reconstrucción del territorio palestino y un calendario claro hacia el reconocimiento pleno de Palestina como Estado soberano, que permita que sea su propia población quien decida el futuro de su país.
Sin autodeterminación palestina no habrá paz ni justicia. Pero incluso para Trump y para una parte cada vez mayor de la sociedad israelí, el genocidio resulta ya inaceptable. Por ello, es imprescindible un alto el fuego inmediato por parte de Israel, el despliegue urgente de ayuda humanitaria bajo el mandato de Naciones Unidas, la retirada de las IDF de la Franja de Gaza y la liberación de todos los rehenes israelíes y prisioneros palestinos. Solo así podrá abrirse un camino real hacia una paz justa y duradera.
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