La Generalitat se encuentra en pleno proceso de hacer crecer la Agència Tributària de Catalunya (ATC) para cumplir algún día con el compromiso que asumió el president Salvador Illa en su investidura: que la hacienda catalana recaudaría todos los impuestos que se pagan en esta comunidad, empezando por el IRPF. Con este objetivo en mente, este jueves el Govern ha abierto una convocatoria de 50 becas para aquellas personas que quieran preparar las oposiciones a los cuerpos tributarios de la ATC.
La información ha salido publicada esta misma mañana en el Diari Oficial de la Generalitat (DOGC) y los aspirantes tendrán hasta el 16 de octubre para presentar su solicitud. 20 becas serán para opositores al cuerpo superior de inspectores tributarios; 15 más para el cuerpo superior de técnicos tributarios y, finalmente, otras 15 serán el cuerpo técnico de gestores tributarios. En los dos primeros casos son becas de 14.208 euros en total a razón de 1.184 euros al mes durante un año. En el tercer caso, la suma es de 9.472 euros, a razón de 1.184 repartidos en ocho meses. En total, la Generalitat dedicará a esta partida 639.360 euros.
La hacienda catalana está inmersa desde hace unos meses en un proceso de reclutamiento para aumentar su plantilla actual. Ahora mismo dispone de unos 830 profesionales, una cifra que le imposibilita asumir las nuevas responsabilidades en la recaudación de impuestos que incluyeron el PSC y ERC en su pacto de hace un año para investir president a Illa. Por poner un caso práctico: la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT), que es quien ahora mismo gestiona más del 90% de los impuestos que se recaudan en Catalunya, tiene ahora mismo 4.400 trabajadores en territorio catalán. Si la hacienda catalana quiere asumir el trabajo que ahora hace la estatal, deberá multiplicarse. El objetivo inicial del Govern -pactado con ERC- era empezar a gestionar el IRPF en 2026, pero ya ha tenido que posponerlo como mínimo hasta 2028.
A la hora de conceder las becas tendrá un peso importante la situación económica del solicitante
Podrán aspirar a las becas que se han convocado este jueves las personas mayores de edad que acrediten el nivel C1 de catalán y que tengan residencia efectiva en Catalunya durante como mínimo en cinco de los siete últimos años. La Generalitat también exige estar en posesión de un título universitario de grado, doctorado, licenciatura, ingeniería o arquitectura en el caso de los aspirantes a los dos cuerpos superiores -el de inspectores y el de técnicos-. A la hora de conceder las becas, tendrá un peso importante la situación económica del solicitante, que representará 40 puntos sobre 100. La Generalitat alega que estas becas tiene que permitir que, “personas con talento” aunque “con menos recursos económicos”, puedan “competir en un proceso así en igualdad de condiciones“. El resto de puntos a la hora de conceder las becas tendrán que ver con el currículum (30 puntos); la superación de ejercicios en las dos últimas convocatorias de procesos selectivos (20 puntos) y eventuales situaciones de violencia de género (5 puntos) y de víctima de terrorismo (5 puntos).
Compás de espera
La negociación de una nueva financiación singular para Catalunya se encuentra ahora mismo en un compás de espera. La Generalitat está pendiente de que el Gobierno de Pedro Sánchez presente su propuesta sobre el nuevo reparto de recursos entre las comunidades de régimen común. A la vez, también se tiene que resolver en las próximas semanas si el PSOE está dispuesto a tramitar en el Congreso la ley de ERC que concreta las reformas jurídicas para que la hacienda catalana recaude el IRPF.
Pese a la incertidumbre que hay sobre si las dos cuestiones llegarán a buen puerto, la Generalitat está convencida de que, tarde o temprano, la ATC ganará competencias y de aquí que ya haya empezado los movimientos para reclutar a nuevo personal. Esta 50 becas son prueba de ello.
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