A principios de junio, el Govern de la Generalitat puso sobre la mesa la necesidad de declarar las energías renovables como “prioritarias” y de regular los campos de baterías. Con este objetivo y con el gran apagón de abril como contexto, se redactó un texto legal que luego se debería aprobar en el Parlament: el decreto para aumentar la resiliencia de suministro eléctrico en Catalunya. No obstante, el Govern de Salvador Illa no logró el apoyo político necesario y retiró el decreto del orden del día para evitar que fuera tumbado en el hemiciclo.
Desde entonces, el Departament de Territori, Habitatge i Transició Ecològica ha continuado trabajando para sacar adelante un documento modificado que satisfaga a Esquerra Republicana, el socio del Govern que declinó avalar el texto. Durante las últimas semanas, según ha podido saber EL PERIÓDICO, las conversaciones con los republicanos se han intensificado y el Ejecutivo catalán está reelaborando el decreto con el objetivo de encontrar un “mayor consenso” y después poder trasladarlo de nuevo a la Cámara catalana en busca de la luz verde definitiva.
Es probable que el nuevo decreto especifique la protección de las áreas de cultivo fértiles para dar seguridad a los payeses
En julio, cuando el decreto se excluyó de las votaciones del Parlament, la conselleria había estado negociado con ERC, los Comuns y Junts hasta el último momento. Los Comuns sí se mostraron dispuestos a tramitar el texto como proyecto de ley, para añadir enmiendas más adelante. Pero el diálogo con los de Oriol Junqueras no cristalizó, enturbiado por las desconfianzas de ERC, que durante aquella semana exigía a los socialistas “rectificar” acerca del modelo de financiación. Además de las dudas por este asunto, una de las razones que ha generado reticencias tanto en Junts como en ERC es la oposición de ciertos sectores agrícolas.
Convencer al campo
El Gremi de la Pagesia considera que el decreto propuesto expulsa a los agricultores de sus tierras para favorecer al “negocio eléctrico”. Otras plataformas payesas temen que se expropien campos para instalar parques renovables, al ser consideradas de “interés público superior”. Cabe señalar que las expropiaciones de suelos agrícolas para impulsar parques solares o eólicos o incluso líneas de evacuación para transportar la energía es algo que, en circunstancias muy concretas, ya se puede realizar ahora, sin necesidad de un nuevo decreto. Ahora, la conselleria busca una fórmula que dé más seguridad explícita a los agricultores para que el decreto salga adelante.
Un parque fotovoltaico, ante dos aerogeneradores. / Agencias
En concreto, se estudia cómo ofrecer más garantías a los agricultores. Una de las posibilidades es eliminar las hipotéticas expropiaciones en zonas productivas, algo que tan solo se planteaba para casos excepcionales y siempre con un informe positivo del Departament d’Agricultura, Ramaderia, Pesca i Alimentació. En el nuevo decreto, aunque la transición energética hacia las fuentes renovables siga presentándose como una prioridad, es probable que se especifique la protección de las áreas de cultivo fértiles.
Baterías antiapagones
La otra cuestión esencial del decreto es la regulación de los campos de baterías. Estos elementos, en caso de caída de la red, pueden funcionar de forma aislada y permitir que el consumidor siga disponiendo de electricidad. Además, también permiten almacenar energía eólica o fotovoltaica para que no tenga que ser consumida “al momento”. Por este motivo, el Govern entiende que es imprescindible definir “cómo deben tramitarse urbanísticamente“, generando un marco normativo que facilite las cosas a los municipios en los que se están promoviendo este tipo de proyectos.
De este modo, las empresas promotoras y los ayuntamientos contarán con una regulación que disipará cualquier duda sobre estas infraestructuras y su instalación se podrá acelerar. El decreto ley previsto por el Govern incluye la vía de urgencia para instalar baterías con una potencia superior a los 500 kilovatios y establece los criterios para estos campos de baterías, ya sean independientes o vinculados a parques eólicos o fotovoltaicos.
El plan PLATER definirá cómo y dónde se deben desarrollar las renovables en Catalunya sobre un mapa, señalando las áreas ideales
Fuentes de ERC consultadas por este diario admiten que sus principales dudas están vinculadas a los temores de los payeses y que están tratando de acordar medidas que les aporten seguridad, sin renunciar a la transición energética. Pero están dispuestos a aprobar un nuevo decreto si cumple con sus exigencias. La idea del Ejecutivo de Illa, además de conseguir sacar adelante este nuevo decreto sobre renovables, es presentar el PLATER (Plan Territorial Sectorial para la Implantación de las Energías Renovables en Catalunya) antes de que termine el año.
Este documento definirá cómo y dónde se deben desarrollar las renovables en Catalunya sobre un mapa, señalando las áreas ideales. Las prioridades serán las zonas artificializadas. Pero el impacto o las interacciones en los territorios agrícolas y espacios naturales no será cero.
Freno a las renovables
¿Qué pasará si no se aprueba el decreto? ¿Qué consecuencias habrá para la atrasada transición energética en Catalunya? Fuentes del Ejecutivo alertan de que la regulación de las baterías era pionera y de que la no existencia de un régimen deja en el aire muchos proyectos clave para reforzar el almacenamiento de energía verde. Además, la nueva normativa facilitaba que proyectos renovables de los que los promotores habían desistido se pudieran traspasar y así sacar adelante. Sin este decreto, alertan, se perderán oportunidades para que Catalunya tenga más resiliencia energética.
Los dos principales sindicatos, CCOO y UGT, también se han mostrado favorables a este decreto de resiliencia eléctrica. La entidad Renovem-nos y el Observatorio de las Renovables coinciden en que para Catalunya es imporante regular las baterías y aplicar medidas que aceleren la transición para intentar llegar a tiempo y cumplir con las metas marcadas para 2030 y 2050. El reto, para dentro de 25 años, es mayúsculo: lograr la neutralidad climática y dejar de depender de los combustibles fósiles.
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