No hay elecciones catalanas a la vista, ni tambores de adelanto electoral, pero aún así el líder de ERC, Oriol Junqueras, ha decidido que había llegado el momento de hacer público lo que muchos ya intuían: quiere ser el próximo candidato de ERC a la presidencia de la Generalitat. Para escenificar esta decisión, ha organizado una conferencia en una de las salas del Auditori donde ha prometido “pactos y alianzas” a varios niveles para combatir una de las cuestiones que atormenta más a las sociedades actuales de Occidente: el auge de la extrema derecha.
Fiel a su estilo poco convencional, ha despachado en un minuto el anuncio de que quería ser presidente de la Generalitat. Ha justificado que, a él, le daría “pereza” asistir a un acto en el que solo se hablara de esto. A partir de aquí, ha empezado por un diagnóstico del momento actual de Catalunya para, luego, ir hilvanando poco a poco sus propuestas para mejorarla. En resumen, ha hablado de qué hará si es el próximo presidente de la Generalitat, pero sin que pareciera que solo quería hablar de que quiere ser presidente de la Generalitat.
Para Junqueras, que ahora mismo no puede ser candidato porque sigue inhabilitado por el Supremo y pendiente de que se le aplique la amnistía, en Catalunya se libra “una batalla de la esperanza contra el miedo”. El miedo lo provocan las “derechas extremas” con su discurso contra la inmigración. El líder de ERC ha defendido que hay que acoger a los recién llegados y a sus hijos, a la vez que ha pedido que ellos hagan “el esfuerzo de entender y amar el país”. Pero para él, el gran problema que aviva este temor en las sociedades no es la llegada de migrantes, sino las “las desigualdades, los desequilibrios y las injusticias” que cada vez más campan a sus anchas.
El presidente de ERC, Oriol Junqueras, en la conferencia de este martes. / MANU MITRU
¿Qué hacer para combatir estas desigualdades? Esto es lo que hará, se supone, si es el próximo presidente de la Generalitat. En este sentido, ha prometido “alianzas y mayorías amplias” con los partidos políticos y los agentes sociales y económicos. Pactos, por ejemplo, para mejorar los salarios a través de un salario mínimo propio para Catalunya; para la implantación de las renovables y que sus beneficios repercutan en los pequeños agricultores; para mejorar el acceso a la vivienda apostando por la rehabilitación de edificios; para adecentar el transporte público o para impulsar el modelo productivo a través de la inversión en ciencia. Ha llegado proponer que se tendría que estudiar la “universalización” de las actividades extraescolares.
Junqueras también ha aprovechado el acto para repasar los grandes ‘hits’ de su partido: la nueva financiación, el traspaso de Rodalies y la gobernanza catalana del aeropuerto de Barcelona-El Prat. Pocas novedades aquí, más allá de reivindicar que, aunque algún día Catalunya lo logre, su partido no renunciará “a la plenitud de nuestra nación”. Es decir, a la independencia. Según él, todas estas demandas merecerían un “entendimiento nacional” de los partidos para avanzar juntos en las mejores sociales y democráticas. “El antónimo del miedo no es la valentía, es la esperanza”, ha zanjado.
Asistentes al acto
Uno de los focos de interés del acto era ver quien asistiría, ya que no solo estaba pensado para militantes y dirigentes republicanos sino, sobre todo, para miembros de la sociedad civil. Ha destacado la presencia de Belén López (CCOO), Camil Ros (UGT); Marta Garsaball (Òmnium Cultural); Eudald Carbonell (Consell per la República), Xavier Trabado (Taula del Tercer Sector); Miquel Camps (PIMEC), y Benet Maimí (Foment del Treball), entre otros. También representantes de los partidos como Lluïsa Moret (PSC), Josep Rius (Junts), Candela López (Catalunya en Comú) y Jordi Pujol Lizana (CUP).
Asistentes a la conferencia de Oriol Junqueras este martes. / MANU MITRU
Pero, entre los 600 asistentes -este era el aforo de la sala-, ha destacado la presencia de algunas de las caras más conocidas de ERC que, cuando el partido entró en convulsión el año pasado, se enfrentaron a Junqueras. Estaban el expresident Pere Aragonès; la expresidenta del Parlament Carme Forcadell o las exconselleras Laura Vilagrà y Meritxell Serret. También el exlíder del partido Joan Puigcercós o los diputados Josep Maria Jové, Raquel Sans y Teresa Jordà. Aunque las heridas no están curadas, el partido respira algo más de calma.
Situación actual
La disposición de Junqueras a presentarse tiene un asterisco que no es menor. Ahora mismo no puede ser candidato a nada porque sigue pesando sobre él una inhabilitación por el 1-O. El Supremo, con la amnistía, le eximió del delito de sedición pero no del de malversación. Pese a este impedimento, el líder republicano confía en que prosperen algunos de los tres frentes judiciales que hay abiertos, dos en el Constitucional y uno en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), para levantarle definitivamente la inhabilitación.
Junqueras, en sus 14 años al frente de ERC, ha sido candidato a casi todo: empezó por el Parlamento Europeo (2009), siguió por el Ayuntamiento de Sant Vicenç dels Horts (2011), luego lo fue a la Generalitat (2012) e incluso llegó a liderar una lista al Congreso (2019). Sin embargo, su gran espina es que lleva más de una década sin poder ser candidato a la Generalitat de forma efectiva. Él no cuenta su candidatura a las elecciones catalanas de 2017, ya que estaba en la cárcel por el 1-O. Ahora reclama una oportunidad para serlo en plenitud.
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