Cuando termina el verano y empieza a refrescar, en muchos bosques de España ocurre algo que solo pasa unas semanas al año: la berrea del ciervo. En esta época de celo, los machos reclaman la atención de las hembras con bramidos que se escuchan a lo lejos y que a veces van acompañados de choques de cornamentas y demostraciones de fuerza.
El mejor momento para vivirlo suele ser al amanecer o al atardecer, cuando los animales están más activos y el monte se llena de sonidos. Por suerte no hace falta ser un entendido para disfrutarlo, con acercarse a los lugares adecuados y tener un poco de paciencia suele ser más que suficiente.