El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha criticado la propuesta de la nueva Política Agraria Común para el periodo 2028-2034 planteada por Bruselas este verano.
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“La valoro mal, estoy descontento”, ha asegurado Planas en un desayuno informativo. “Con un agravante, que me sorprende en la inteligencia de la Comisión Europea, de su presidenta y del Consejo de Comisarios”, porque “hace un año tuvimos movilizaciones que pedían rentabilidad y el reconocimiento de su contribución a la sociedad” y [la presidenta de la CE, Ursula] Von Der Layen lanzó un diálogo con el sector, luego el comisario publicó un documento como la agricultura que podríamos firmar de a A la Z y ahora este documento“, se ha lamentado.
“Los tractores no son la contraposición a los tanques. No son dos elementos que hayan que confrontar. Si queremos la autonomía estratégica hay que poner los medios”, ha argumentado Planas. “Le habíamos pedido el 2% del PIB comunitario, ahora estamos en el 1,13%; y cuando ha llegado el momento de definir la alimentación como pilar, nos encontramos con 1,26% del PIB, del que un 0,12% se va en la devolución del principal e intereses del Next Generation EU”, ha indicado.
Un presupuesto a la baja que puede ir a más. “La semana pasada hubo una reunión en Viena de Estados del Norte y Centro de Europa porque ese presupuesto lo ven excesivo”. “Se avecina una gran discusión”, donde es “clave Francia, un país como nosotros, agroalimentario”.
“De la propuesta de PAC no me gusta la cuantía, hay una cantidad prevista y la otra se la busca usted en los fondos nacionales”, ha señalado Planas. “Es introducir competición y duda. Es un problema de dinero, pero también de enfoque y de cariño. Cuando uno quiere algo tiene que dedicarle atención. La Comisión subió el listón de las expectativas y nos hemos encontrado una nueva realidad”, ha resumido.
“Los pastores se llamarán Kevin y Mohamed”
El responsable de Agricultura también ha indicado la necesidad de afrontar el relevo generacional y la presencia de trabajadores migrantes en el sector primario. “Los futuros pastores se van a llamar Kevin y Mohamed”, ha apuntado. “Y algunos discursos de la derecha y de la extrema derecha son de rechazo”. “Me sorprenden como coinciden PP y Vox para frenar la nacionalización por arraigo y luego piden trabajadores para el sector primario. Hay que mantener la racionalidad”. Eso se vio, ha señalado, en el voto en contra de ambas formaciones en el Congreso de los Diputados al refuerzo de la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA).
También ha afirmado que el Gobierno trabaja en la futura Ley de la Agricultura Familiar, para favorecer ese relevo y conseguir “que personas que no cuidarían un pedazo de tierra, que lo hagan”. En zonas, por ejemplo, como las afectadas por los incendios. Y ha apuntado que se está diseñando una estrategia de promoción internacional de la gastronomía española.
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En cuanto a los aranceles impuestos por Estados Unidos los ha criticado por el fondo y por la incertidumbre que provocan. “No nos apasiona pasar de 1% al 15% simplemente porque alguien haya decidido que el mundo nos roba. No es correcto”. “Tampoco lo que hay detrás”, en la que se ha abandonado “una visión del mundo con un comercio internacional basado en reglas con un vértice que es la Organización Mundial de Comercio que nos ha servido a todos, también a Estados Unidos, para crecer”. “Pasamos a una situación asimétrica entre países y situaciónes. No es lo mejor. El peor arancel es la incertidumbre”.