El presidente Gustavo Petro se pronunció este jueves en sus redes sociales sobre el inicio formal de las negociaciones entre el Gobierno y el ‘clan del Golfo’, en el marco del denominado ‘Proceso para la Desmovilización del autodenominado Ejército Gaitanista de Colombia y la construcción de paz con el pueblo en los territorios’. El mandatario respondió a las críticas por abrir una mesa con la estructura criminal más grande del país y subrayó que la prioridad del espacio jurídico será la sustitución de cultivos ilícitos.
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“Ha empezado un diálogo que debe ser sociojurídico si progresa. Es con el más grande grupo armado del país. Sé que la derecha dice que es complacencia. Jamás. Aquí se discutirá antes que nada la sustitución de cultivos ilícitos en su área de operaciones”, señaló, para luego agradecer al gobierno de Catar por el apoyo prestado.
El primer ciclo de negociación entre la delegación liderada por Álvaro Jiménez y los voceros del ‘clan del Golfo’ tuvo lugar en Doha entre el 14 y el 18 de septiembre, según informó el Ministerio de Relaciones Exteriores catarí.
El ministro de Relaciones Exteriores, Mohammed bin Abdulaziz bin Saleh Al Khulaifi, señaló que el proceso se desarrolló mediante etapas enfocadas en la construcción de confianza, el diálogo y el entendimiento mutuo.
Allí se establecieron seis compromisos iniciales: tres a nivel territorial y tres a nivel nacional. En la primera dimensión se habla de una fase de construcción de confianza con un piloto a desarrollar en Mutatá (Antioquia), Acandí, Belén de Bajirá, Riosucio y Unguía (Chocó); un piloto de sustitución de cultivos de uso ilícito en estos cinco municipios; y del respeto del grupo armado a los niños, niñas y adolescentes.
Álvaro Jiménez Millan, negociador del Gobierno ante el ‘clan del Golfo’. Foto:Oficina del Consejero Comisionado de Paz
Además, el grupo armado se comprometió a respetar el desarrollo del proceso electoral, a no interferir en la Acción Integral Contra Minas Antipersonal y a promover el respeto a los principios del DIH.
De igual forma, las delegaciones solicitaron al Gobierno de Catar, a la Misión de Apoyo al Proceso de Paz de la Organización de Estados Americanos (MAPP-OEA) y a la Conferencia Episcopal de Colombia realizar el seguimiento, monitoreo y verificación de lo acordado.
El encuentro entre la delegación liderada por Álvaro Jiménez y la organización criminal al mando de alias Chiquito Malo se confirma tras semanas de silencio del Gobierno sobre la instalación oficial de la mesa.
Además, ocurre semanas después de que el gobierno de Gustavo Petro reconoció al ‘clan del Golfo’ como Grupo Armado Organizado (GAO) y aceptó que, en adelante, se le identifique como ‘Ejército Gaitanista de Colombia’.
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Con ello, cedió a la vieja pretensión de una estructura criminal que, bajo distintos nombres —Clan Úsuga, Los Urabeños y Autodefensas Gaitanistas—, ha buscado revestirse de un aura política para maquillar su carácter criminal.
Para este tipo de estructuras, la ley establece como ruta los acercamientos orientados al sometimiento a la justicia y al desmantelamiento. En ese sentido, para que una eventual negociación con este grupo prospere resulta fundamental la aprobación de la ley de sometimiento, radicada por el ministro de Justicia, Eduardo Montealegre, el pasado 20 de julio en el Congreso.
¿Cómo llega el ‘clan del Golfo’ a la negociación?
Informes de inteligencia y organismos que hacen seguimiento a la situación de violencia en el país coinciden en que el ‘clan del Golfo’ es la estructura criminal con más integrantes y con mayor presencia territorial.
Según un informe de inteligencia conocido por este diario, cuentan con 2.675 hombres en armas y 4.876 en redes de apoyo, es decir, 7.551 en total. Esta presencia ha ido ganando terreno en el norte del país, fundamentalmente en Chocó, el Magdalena Medio, sur de Bolívar y la Costa Atlántica.
Jobanis de Jesús Ávila Villadiego, alias Chiquito Malo. Foto: POLICÍA
Además, ha fortalecido su control en Córdoba y en Urabá, y busca apoderarse de la Sierra Nevada de Santa Marta, donde libra una guerra por el control de la región con las Autodefensas Conquistadores de la Sierra Nevada (ACSN).
Asimismo, la Fundación Ideas para la Paz, en su publicación Así llega el Clan del Golfo a un nuevo intento de diálogos de paz, ahora en Catar, advierte que el ‘clan del Golfo’ no solo mantiene una sólida red de informantes y un portafolio criminal que incluye la minería ilegal de oro, la extorsión, el lavado de activos y el control de los flujos migratorios por el Darién, sino que también ha empezado a actuar bajo las lógicas del derecho internacional humanitario: busca ser considerado parte de un “conflicto armado no internacional” y no simplemente como una banda delincuencial común.
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El grupo criminal está comandado por Jobanis de Jesús Ávila Villadiego, alias Chiquito Malo, por quien se ofrece una recompensa de 4.378 millones de pesos y quien heredó la organización del extraditado Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel. Cabe mencionar que, en 2018, el gobierno de Estados Unidos lo solicitó en extradición y hoy ofrece una recompensa de hasta 5 millones de dólares por información que lleve a su captura.
Además de Chiquito Malo, otros mandos claves hacen parte del estado mayor del grupo, entre ellos José Gonzalo Sánchez, alias Gonzalito, segundo al mando. A él le siguen Orosman Ostén Blanco, alias Flechas; Elkin Casarrubia Posada, alias Joaquín; y Luis Armando Pérez Castañeda, alias Bruno, quien es el vocero del grupo en la nueva mesa. De esta cúpula criminal también hacía parte José Miguel Demoya, alias Chirimoya, hasta que fue abatido por la Fuerza Pública en abril de este año.
CAMILO A. CASTILLO
Redacción Política
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