Comer bien es sin duda una de las mejores formas de disfrutar un viaje. Y en España, donde cada zona tiene su forma de cocinar, hay muchos sitios donde la comida forma parte del plan. Producto local, recetas sencillas, vinos propios y una forma de sentarse a la mesa sin prisa.
El paisaje influye. No se come lo mismo junto al mar que en la montaña, ni en el norte que en el sur. Cada zona tiene lo suyo, y muchos pueblos han sabido mantener una cocina ligada al entorno. Ahí es donde suele estar lo mejor.