El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha exhibido este domingo en la Festa de la Rosa de Gavà (Barcelona) una imagen de máxima unidad con Salvador Illa, jefe del Executiu en Catalunya y uno de sus principales escuderos dentro del partido. Por eso, en su discurso en calidad de secretario general del PSOE, ha cerrado filas con el president y ha asegurado que “renovará la financiación autonómica” durante esta legislatura, una reforma que, ha puntualizado, será buena para Catalunya, pero también para el “resto del conjunto del país“. Se trata de uno de los compromisos que el PSC de Illa pactó con ERC para su investidura a la presidencia de la Generalitat en 2024.
En los últimos días, la ausencia de un relato común entre los socialistas catalanes y Hacienda ha llevado al PSC a intensificar la presión —evitando siempre el choque— sobre Ferraz, con el objetivo de que la financiación singular no se diluya en un modelo alternativo. Las líneas maestras del nuevo modelo ya se presentaron en verano tras un acuerdo Govern y Gobierno, pero ERC no aprobó sus resultados, al verlo “insuficientes”. El PSC, para complacer a sus socios, insiste en blindar el principio de ordinalidad –que las comunidades que aportan mayor recursos no queden situadas por debajo de las que menos contribuyen-, un punto que genera resistencias en el Ministerio de Hacienda, pero que la formación de Oriol Junqueras considera “imprescindible” para dar por bueno lo acordado con llla y darle así estabilidad a un Govern en minoría sustentado por sus socios, ERC y Comuns.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el president de la Generalitat, Salvador Illa, durante la Fiesta de la Rosa del PSC. / Lorena Sopena
Los equilibrios de Sánchez con la financiación
La visita de Sánchez a Catalunya servía también para medir en qué punto se encuentra esa negociación y hasta qué grado el presidente del Gobierno está dispuesto a explicitar compromisos. Sánchez este domingo no ha entrado en la letra pequeña, ni ha citado el concepto “singular” que los republicanos reclaman, pero ha dado por hecho que la reforma “será una realidad” antes de terminar este mandato y ha hecho equilibrios para atraer al resto de comunidades autónomas a verlo como una reforma “necesaria” tras más de una década -desde 2014- con un modelo caducado. “Once años después, con las mayorías absolutas de Rajoy desde 2011, ya toca que renovemos la financiación autonómica y que reforcemos la financiación del Estado del bienestar”, ha declarado el presidente del Gobierno, culpando a los populares de no haberlo modificado en este tiempo, pese a que, desde 2018, ha sido el PSOE -con ejecutivos de coalición y sin mayoría en el Congeso- quien ha estado en la Moncloa.
En su apuesta por contentar a todos los bandos, Sánchez ha puesto en valor que esta renovación servirá, en Catalunya, para “reforzar el autogobierno”, y en el resto de comunidades autónomas para mejorar sus “servicios públicos”. “La cohesión social está en manos de los gobiernos autonómicos“, ha lanzado el jefe del Ejecutivo, consciente de que este pacto en Catalunya levanta ampollas en comunidades gobernadas por los populares, pero también por el PSOE, y en el seno del Gobierno. Sobre todo, en Andalucía, ahora gobernada por el PP, pero con María Jesús Montero, titular de Hacienda, candidata en las próximas elecciones, que encarna la voz más crítica con el modelo que pide ERC.
Salvador Illa, Pedro Sánchez y Jaume Collboni, este domingo en la Fiesta de la Rosa / Lorena Sopeña / Europa Press
Las elecciones, en 2027
Sin avances en esta cuestión, Esquerra mantiene la amenaza de bloquear los presupuestos catalanes, de ahí a que Illa, Sánchez y ERC deban acordar un punto común, con la línea roja para los republicanos en que Catalunya pueda recaudar el 100% del IRPF -y progresiamente del resto de los impuestos–, algo que Hacienda ve “inasumble”. Y para ello es necesario, no solo el visto bueno de todo el Gobierno, sino convencer al resto de socios de investidura en el Congreso para que apoyen las reformas legislativas necesarias que deben habilitar a la hacienda catalana a recaudar todos los tributos. Y allí es donde Sánchez insiste en acercar posturas: “Queremos una nueva financiación para fortalecer el Estado del bienestar”, ha asegurado.
Como es tradición, Illa ha invitado a Sánchez a la Festa de la Rosa, la gran cita anual del inicio de curso del socialismo catalán, convertida este año en un termómetro del respaldo que el presidente mantiene entre la militancia. En la Pineda de Gavà, Sánchez ha encontrado el calor de un PSC, con toda su plana mayor, que a gritos de “presidente” lo ha aupado a seguir gobernando y a volver a presentarse en las próximas elecciones generales, que una vez más, el presidente ha vuelto a asegurar que serán en 2027, sin abismo de adelantos: “En 2027 volverá a haber otro Gobierno socialista y otra persona en el PP”, ha proclamado para cerrar su mitin.
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