Entre lagos de aguas turquesas y altísimas montañas, la región del Oberland Bernés concentra algunas de las imágenes más reconocibles de Suiza. Todo lo que uno imagina de este país, con sus picos nevados, sus valles salpicados de vacas, sus pueblos alpinos y sus trenes trepando montañas, se reúne en un territorio compacto donde cada paisaje parece sacado de una postal.
Para recorrer la zona sin prisas, lo mejor es elegir una base que permita moverse en varias direcciones sin complicaciones. Interlaken cumple a la perfección ese papel: está entre dos lagos, rodeada de montañas y con conexiones de tren hacia casi cualquier valle. Desde aquí se pueden organizar escapadas de un día a lugares tan distintos como la cima del Jungfraujoch, el lago glaciar Oeschinensee o el museo al aire libre Ballenberg, siempre volviendo por la tarde a descansar en un mismo punto.