Hace más de quince años, Europa aprobó una ley que transformó la forma como navegamos en internet. Cada día y en toda la web encontramos notificaciones que nos preguntan si deseamos aceptar las cookies. Si bien esta iniciativa tenía un propósito noble, su implementación se ha convertido en un paso que ignoramos sistemáticamente, por lo que la UE ya piensa en una alternativa.
De acuerdo con Politico, la Comisión Europea quiere eliminar la ley de las cookies en un intento por simplificar la regulación tecnológica. El órgano ejecutivo considera presentar un texto ómnibus en diciembre, el cual plantea la posibilidad de eliminar estas notificaciones para siempre. La Comisión cree que la legislación actual ha debilitado el valor del consentimiento informado.
Según el reporte, la nueva propuesta considera incluir excepciones para las cookies “estrictamente necesarias”. La Comisión también propone una opción dentro de la configuración del navegador en donde los usuarios puedan definir sus preferencias. Por ejemplo, si te interesa tu privacidad, podrías ajustar esta opción para que Chrome o Firefox rechace en automático las cookies con fines publicitarios.
Ante la propuesta, la industria tecnológica sugirió que las reglas de cookies deberían incorporarse al Reglamento General de Protección de Datos. Aunque la GDPR exige desde 2018 que las webs muestren este mensaje, el enfoque es distinto. La directiva de 2009 funciona como un complemento en áreas específicas, lo que se traduce como burocracia adicional a la hora de regular la web.
¿Qué es la ley de cookies y por qué la quiere eliminar Europa?
La ley de cookies, conocida como Directiva 2009/136/CE, se aprobó en 2009 como parte de un plan para reforzar la privacidad y protección de datos personales en la web. Uno de los puntos clave de esta actualización es que introdujo los banners de consentimiento, una notificación que se mostraba a los usuarios para obtener su aprobación para almacenar una cookie en su dispositivo (ordenador).
Puede que haya terceros que deseen almacenar información sobre el equipo de un usuario o acceder a información ya almacenada, con distintos fines, que van desde los fines legítimos (como algunos tipos de cookies) hasta aquellos que suponen una intrusión injustificada en la esfera privada (como los programas espía o los virus). Resulta, por tanto, capital que los usuarios reciban una información clara y completa cuando realicen una acción que pueda dar lugar a dicho almacenamiento u obtención de acceso. El modo en que se facilite la información y se ofrezca el derecho de negativa debe ser el más sencillo posible para el usuario. Las excepciones a la obligación de facilitar información y proponer el derecho de negativa deben limitarse a aquellas situaciones en las que el almacenamiento técnico o el acceso sean estrictamente necesarios con el fin legítimo de permitir el uso de un servicio específico solicitado específicamente por el abonado o usuario.
Inciso 66 de la Directiva 2009/136/CE
Si bien la idea era fomentar el consentimiento informado, lo cierto es que la mayoría hacía clic en “Aceptar” sin leer el mensaje. Esta práctica se volvió tan común que las personas lo hacían casi en automático con el fin de saltarse el muro de cookies. En fechas recientes, algunas webs incluso obligan al usuario a aceptar sus cookies o pagar una cuota si quieren acceder a su página, lo cual es considerado ilegal por el Comité Europeo de Protección de Datos.
Para el usuario común, las alertas de cookies representan un obstáculo al navegar en la web. Algunos van más lejos e instalan alguna extensión para Chrome que elimine estas alertas, lo que muestra que la directiva de 2009 ya no es efectiva. Es por ello que la Comisión Europea quiere encontrar un punto medio en donde se proteja la privacidad de las personas sin afectar la experiencia de uso.
Algunos países, como Dinamarca, ya sugirieron eliminar las notificaciones para aquellas páginas que utilizan cookies estrictamente necesarias o para estadísticas simples. La propuesta de reforma se presentaría en diciembre de 2025. A juzgar por los tiempos que toma implementar estas medidas, tendremos que esperar una eternidad para deshacernos de los muros de cookies.