No se puede negar que Google ha encontrado su camino. Tras varios años buscando una identidad propia en un mercado saturado de alternativas excelentes, la compañía ha decidido apostar todas sus cartas a una sola tecnología: la inteligencia artificial. He tenido la oportunidad de probar durante la última semana la nueva familia Pixel 10, compuesta por el Pixel 10, el Pixel 10 Pro y el Pixel 10 Pro XL, y la sensación es abrumadora. No son solo una actualización de hardware; son la prueba de que el futuro de la telefonía, según Google, no reside en los megapíxeles o los gigahercios, sino en un software capaz de anticiparse, ayudar y, en definitiva, hacer el uso del smartphone algo más sencillo.
La propuesta de esta generación se apoya en tres pilares fundamentales: un nuevo procesador diseñado en casa, el Tensor G5; una integración de su IA, Gemini, que está presente cada rincón del software; y un sistema de cámaras que, una vez más, aspira a la corona de la fotografía móvil. El resultado es una familia de teléfonos que se siente a la vez familiar y radicalmente nueva, con una personalidad muy marcada que los aleja de la competencia.
Una pantalla que brilla con luz propia
A primera vista, los Pixel 10 continúan la línea estética de sus predecesores, con el característico módulo de cámara como seña de identidad. Sin embargo, hay un refinamiento en los acabados y materiales.
Todos los modelos comparten una construcción en aluminio y cristal Corning Gorilla Glass Victus®2, lo que les confiere una buena resistencia a arañazos y caídas.
Google Pixel 10E.M.
El Pixel 10 monta un panel Actua de 6,3 pulgadas, nítido y con colores vibrantes, que alcanza un brillo máximo de 3.000 nits, facilitando su visualización en exteriores. Su tasa de refresco variable se mueve entre los 60 y 120 Hz.
Los modelos Pro, por su parte, suben la apuesta con una pantalla Super Actua, la más brillante que Google ha montado hasta la fecha, con picos de 3.300 nits. Está disponible en dos tamaños: 6,3 pulgadas para el Pixel 10 Pro y 6,8 para el Pro XL.La principal ventaja de estos paneles, más allá del brillo, es su tasa de refresco adaptativa, que puede variar de forma inteligente entre 1 y 120 Hz, optimizando la fluidez cuando es necesario y ahorrando energía en momentos de inactividad.
Gracias a esta tasa más flexible, los modelos Pro pueden mostrar el fondo de pantalla completo en el modo reposo, aunque de forma atenuada, incluyendo avisos en vivo de aplicaciones de entrega a domicilio o transporte, por ejemplo.
Tensor G5
El verdadero salto generacional de esta familia está en su interior. El nuevo procesador Google Tensor G5 es, según la compañía, la mejora más significativa en un chip para Pixel hasta la fecha. Diseñado específicamente para la era de la IA, su Unidad de Procesamiento Tensorial (TPU, un componente especialmente creado para el tipo de cálculos vectoriales que demandan las herramientas de IA) es hasta un 60% más potente, y su CPU es hasta un 34% más rápida en comparación con el Tensor G4.
¿En qué se traduce esto? El procesador, en potencia bruta, está todavía un poco por detrás de las opciones disponibles en la gama más alta de la competencia pero a efectos prácticos la experiencia de usuario es fluida y, tal vez más importante, Tensor G5 es capaz ahora de ejecutar funciones de IA complejas directamente en el dispositivo. Aquí es donde entra en juego Magic Cue, una nueva herramienta que puede conectarse con aplicaciones como Google Maps para buscar restaurantes y luego compartir la lista en un chat grupal, o añadir una reserva al calendario detectada en una conversación y avisarte de cuándo salir para llegar a tiempo. Funciona bastante bien y todo en local, sin tirar de los servidores de Google.
Google Pixel 10E.M.
Una de las funciones más sorprendentes es Gemini Live, que permite mantener conversaciones de voz naturales con el asistente. Ahora es posible compartir la cámara o la pantalla en tiempo real para obtener ayuda sobre lo que estás viendo, ya sea para pedir una segunda opinión sobre una prenda de ropa o para recibir instrucciones sobre cómo arreglar algo en casa.
Google también ha querido diferenciar su gama Pro en el software. Los compradores del Pixel 10 Pro y Pro XL reciben una prueba de un año del plan Google AI Pro. Esto da acceso prioritario a los modelos de IA más avanzados de Google, como Gemini Pro, y a herramientas como NotebookLM para estudiar o Gemini integrado en Gmail y Documentos para potenciar la productividad. Incluso permite el acceso a Veo 3 Fast, un modelo capaz de generar vídeos a partir de texto.
Otra novedad interesante es la función “Voice Translate” durante las llamadas. El sistema puede traducir en tiempo real una conversación telefónica, manteniendo un sonido similar a la voz del interlocutor original. Todo el proceso se realiza en el dispositivo para garantizar la privacidad. El español está entre los idiomas soportados y funciona bastante bien aunque las frases tardan unos segundos en comenzar a traducirse y la conversación puede volverse algo confusa. Sólo funciona con la aplicación de teléfono peor para salir de un apuro, vale.
La cámara: más lentes, más IA y más ambición
La fotografía siempre ha sido el campo de batalla predilecto de Pixel, y la décima generación no es una excepción. Por primera vez, el modelo base, el Pixel 10, incorpora un sistema de triple cámara trasera. Está compuesto por un sensor principal de 48 MP, un ultra gran angular y, como gran novedad, un teleobjetivo de 5 aumentos que, mediante software, alcanza una calidad óptica de 10 aumentos y un zoom digital de hasta 20x. Este añadido elimina una de las grandes carencias del modelo estándar de años anteriores y lo convierte en una herramienta fotográfica mucho más versátil.
Google Pixel 10E.M.
Las fotos, como siempre, son muy buenas y sin duda uno de los mayores atractivos del teléfono, con buenos efectos de retrato y muchas posibilidades de edición.
Pero donde este teléfono me ha conquistado es en la cámara de los modelos Pro. Cuentan con un sistema de triple cámara profesional más avanzado, con un sensor principal de 50 MP con estabilización mejorada, un ultra gran angular de 48 MP con un campo de visión de 123º y enfoque macro, y un teleobjetivo de 48 MP.
Lo más sorprendente, con diferencia, es el nuevo “Pro Res Zoom”, una función que combina hardware y modelos de IA generativa para alcanzar un zoom de hasta 100 aumentos con un nivel de detalle asombroso. Este zoom, exclusivo de los modelos Pro, es una proeza técnica que redefine lo que es posible hacer con la cámara de un móvil. Salta a partir de los 30 aumentos y se aplica de forma automática, aunque siempre se mantiene la foto original y la versión modificada se etiqueta con metadatos para especificar que ha sido generada por IA.
Hay un debate filosófico aquí sobre si el resultado puede considerarse o no una fotografía (al fin y al cabo hay un modelo generativo de IA que añade detalles) pero los resultados en la mayoría de los casos son espectaculares. He encontrado algunos problemas en condiciones de baja luz (el zoom inventa muchos más detalles que a veces son inconsistentes) o con texto y, por supuesto, tratar de mantener encuadrado un objeto con un zoom de 100x es complicado, a pesar de las ayudas que da el teléfono. Para evitar problemas, la función no mejora ni añade detalle a los rostros de las personas-
Y es que más allá del hardware, el software sigue siendo el ingrediente “no tan secreto” de esta cámara. El nuevo “Asistente de Cámara”, por ejemplo, puede detectar el entorno y ofrecer sugerencias sobre el mejor ángulo, iluminación o modo de disparo. Hay funciones que ya estaban presentes en anteriores versiones y que repiten pero esta vez algo mejoradas, como la “Mejor Versión Automática”, que ahora busca automáticamente entre tomas similares y las combina para crear una imagen final donde todo el mundo sale con su mejor cara. La función “Inclúyeme” también se ha mejorado para que el fotógrafo pueda añadirse a la foto de grupo de forma más sencilla, incluso en grupos grandes. Para los amantes de los retratos, los modelos Pro ahora pueden tomar fotos en este modo a una resolución de 50 MP.
Mi única queja en este apartado, es que las opciones de edición pueden resultar abrumadoras y a veces redundantes. La aplicación de fotos podría beneficiarse de un rediseño que simplificase los diferentes controles y opciones.
Pixelsnap
Una de las novedades más prácticas de esta generación es Pixelsnap, un nuevo sistema magnético integrado en todos los modelos de la serie Pixel 10. De forma similar al MagSafe de Apple, permite acoplar sin esfuerzo cargadores inalámbricos, soportes, carteras y otros accesorios. Es compatible, de hecho, con todos los accesorios MagSafe, ya que es la tecnología de la compañía de la manzana la que se ha utilizado como base del estándar Qi 2.2, del que bebe Pixelsnap. La carga inalámbrica bajo este estándar alcanza velocidades de hasta 15 W en el Pixel 10, 15 W en el 10 Pro y hasta 25 W en el Pixel 10 Pro XL, siempre que se usen cargadores compatibles.
En cuanto a la autonomía, Google promete una duración de batería superior a las 24 horas en todos los modelos, con baterías de 4.970 mAh para el Pixel 10, 4.870 mAh para el 10 Pro y 5.200 mAh para el Pro XL. Mi experiencia ha sido buena en este apartado, cumpliendo con estos tiempos de sobra para un uso moderado, aunque el uso de herramientas de IA pesa en la autonomía final.
Google Pixel 10E.M.
Toda la interfaz del sistema se ha renovado con “Material 3 Expressive”, que trae nuevos efectos, temas de color y una tipografía actualizada a muchas de las aplicaciones nativas. Google garantiza 7 años de actualizaciones del sistema operativo, de seguridad y funciones.
Los compromisos de una apuesta arriesgada
Es difícil encontrar defectos a esta generación de Pixel, con la salvedad de que a los precios que tienen, el procesador debería rendir tal vez un poco mejor. No afecta al día a día y pocos usuarios notarán que es un factor limitante, pero algo más de músculo habría convertido a los Pixel 10 en una propuesta irresistible. Otro detalle a tener en cuenta es que la experiencia más completa de IA, con acceso prioritario a los mejores modelos de Gemini y herramientas de productividad, queda reservada para los usuarios Pro a través de la suscripción a Google AI Pro. Aunque el primer año sea gratis con los modelos Pro, esta decisión establece una barrera para acceder a buenas funciones dentro del teléfono.
Pero, en general, la serie Pixel 10 es la declaración de intenciones más contundente de Google hasta la fecha. Es una familia de teléfonos que deja de competir en la carrera del hardware puro y duro para centrarse en lo que mejor sabe hacer: el software y la inteligencia artificial. La experiencia es sólida, diferente y, en muchos momentos, genuinamente sorprendente. Como siempre, es también la versión más pura de la experiencia Android, sin modificaciones ni apps innecesarias.
El Pixel 10 Pro y el 10 Pro XL son, sin duda, los verdaderos buques insignia. Son máquinas excepcionales para aquellos que buscan la mejor cámara del mercado y quieren estar a la vanguardia de la revolución de la IA, con herramientas que realmente pueden cambiar la forma en que interactuamos con nuestros dispositivos. Buen diseño, buenas prestaciones y una cámara que no deja de sorprenderme a cada disparo, aunque puede llegar a abrumar con opciones de edición. El Pixel Pro, eso sí, arranca en 1.099 euros y el Pixel Pro XL, en 1.299 euros. No son teléfonos asequibles.
El Pixel 10, por su parte, es una opción fantástica y más equilibrada para la mayoría. Ofrece el núcleo de la experiencia IA de Google y, por primera vez, un sistema de cámaras muy versátil gracias al teleobjetivo, con un precio de entrada de 899 euros.