Ayer avisábamos que Donald Trump estaba a punto de hacer un anuncio sobre el paracetamol (Tylenol en Estados Unidos) y el autismo. Aconsejábamos tomar con pinzas lo que dijera, teniendo en cuenta la controversia del tema y sus antecedentes. Y la realidad es que hicimos bien en no tomarle muy en serio, pues sus declaraciones, incluso más que polémicas, han sido peligrosas.
Es cierto que existen estudios que encuentran una ligera relación entre el consumo de paracetamol y un posible deterioro del correcto desarrollo neurológico fetal. La mayoría de ellos tienen bastantes limitaciones; pero, aun así, la recomendación es tomar el fármaco solo cuando sea necesario. Si las declaraciones de Trump hubiesen ido en esa línea, no habrían sido tan descabelladas, pero no es eso lo que ha dicho.
El presidente del Gobierno de los Estados Unidos ha afirmado tajantemente que el paracetamol causa autismo y ha animado a las embarazadas a soportar la fiebre. Eso, lejos de ser un llamamiento a la precaución, es un consejo totalmente peligroso y sin evidencia científica. Además, si bien también se había anunciado que haría un anuncio sobre alternativas al fármaco, básicamente lo que ha recomendado es un supuesto tratamiento para el autismo. Un tratamiento que, por supuesto, no existe. Veamos entonces qué es lo que dicen estas nuevas declaraciones.
Un pequeño recordatorio sobre la relación entre paracetamol ya autismo
En el artículo de ayer veíamos que es cierto que hay algunos estudios que vinculan un pequeño riesgo de trastornos del espectro autista con el consumo de paracetamol durante el embarazo. Podría deberse a la inhibición del as prostaglandinas que, además de relacionarse con el dolor y la fiebre, también tienen un papel importante en el desarrollo del cerebro.
El problema de esos estudios es que tienen muchas limitaciones y, por lo general, se desinflan al tener en cuenta factores de confusión. Por ejemplo, el riesgo desaparece cuando se tienen en cuenta estudios de hermanos, ya que el riesgo genético es mucho mayor que el posible riesgo del paracetamol. No podemos olvidar que los trastornos del espectro autista son muy multifactoriales. Hay muchísimos factores implicados y, aunque el consumo de ciertos fármacos pudiese influir en su desarrollo, siempre habrá muchos otros factores que influyan.
¿Por qué es peligrosa la alternativa al Tylenol que propone Donald Trump?
En el artículo de ayer también mencionábamos que es posible que la relación que se ha encontrado entre el autismo y el paracetamol se deba más bien a que las condiciones que requieren el consumo de este fármaco son las que afectan al desarrollo neurológico. Es decir, el dolor o la fiebre pueden asociarse a procesos inflamatorios que estarían afectando al cerebro del feto. No sería el paracetamol por sí mismo el que causa el problema. Es más, estaría contribuyendo a que fuese menos grave.
La fiebre durante el embarazo es peligrosa para el bebé. Crédito: Unsplash
Por eso, es aquí donde vemos el peligro de las declaraciones de ayer de Donald Trump. En 2018 se publicó un estudio en el que se demostraba que la exposición a tres o más episodios de fiebre después de las 12 semanas de gestación aumenta notablemente el riesgo de desarrollar autismo. Y no es la única investigación que llega a estas conclusiones.
Cuando hablamos de tomar paracetamol solo cuando es estrictamente necesario hacemos referencia a, por ejemplo, no mantenerlo en el tiempo una vez que ha remitido el dolor o la fiebre. O no tomarlo para un dolor muy leve o puntual. El dolor mantenido puede causar estrés, que a su vez también es peligroso para el feto. Por lo tanto, hay casos en los que el paracetamol sí es necesario y debe tomarse. Animar a las embarazadas a soportar la fiebre sin más es una temeridad.
¿Y qué hay de la supuesta cura para el autismo?
En sus declaraciones, Donald Trump aconseja el consumo de leucovorina para curar el autismo.
Este es un suplemento de ácido fólico que se usa habitualmente en el área de oncología para disminuir los efectos secundarios del metotrexato. También suele emplearse para potenciar el efecto de algunos fármacos contra la anemia.
Con respecto al autismo, es cierto que existe un ensayo clínico que señala que podría ayudar a tratar algunos de sus síntomas. Un ensayo clínico que se llevó a cabo con 40 pacientes y que, por lo tanto, no puede tomarse como algo muy concluyente. Como mucho, podríamos considerar que es útil para algunos síntomas en algunas personas autistas. Pero debemos recordar que, cuando hablamos de trastornos del espectro autista nos referimos a un amplio abanico de síntomas. No hay una bala de plata que pueda atajarlos todos de un plumazo. Por lo tanto, asegurar que la leucovorina es la solución al autismo es tan osado como animar a las embarazadas a soportar la fiebre.
Hay muchos tipos y síntomas de autismo, no puede haber un solo tratamiento. Crédito: Unsplash
Hay muchas formas de poner en peligro a un país. Quizás una de las que puedan pasar más desapercibidas sea poner al mando de su Gobierno a alguien a quien la evidencia científica le importa bien poco. Pero en casos como este es evidente que no solo las balas hieren. La desinformación también lo hace. Y este tipo de declaraciones son todo un compendio de desinformación.