Europa ha vuelto a mirar al cielo con urgencia. El gran proyecto de caza de nueva generación, el FCAS, lanzado en 2017, avanza en un continente que se enfrenta a desafíos de seguridad cada vez más complejos y, sin embargo, entra en una fase delicada. Berlín ha puesto sobre la mesa que, si no hay acuerdo antes de fin de año, estudiará alternativas que cambien la foto del programa, según Politico. España, socio del proyecto, observa un tablero en movimiento que podría alterar su peso en el programa.
Francia, Alemania y España son los tres pilares del FCAS, cada uno con un socio industrial de referencia: Dassault, Airbus e Indra. El objetivo final es llegar a 2040 con un sistema capaz de sustituir cazas actuales y dar un salto de interoperabilidad en Europa. Pero entre ese punto de partida y la meta se abre una negociación permanente sobre quién lidera, qué tecnología se comparte y cómo se reparte el trabajo. Ese debate, más político que técnico, condiciona cada avance del programa.
De avión a red colaborativa. FCAS apuesta por un modelo de combate colaborativo en el que el caza tripulado convive con drones y portadores remotos. La coordinación llegará a través de un Combat Cloud, una nube que asegura comunicaciones seguras de alta velocidad y que conecta con otros sistemas, desde satélites hasta buques o unidades en tierra. Airbus es co-líder del programa y lidera pilares como los Remote Carriers y el Combat Cloud, además de ser socio principal del demostrador del NGF, mientras que Indra refuerza el papel español en áreas como la conectividad y la integración tecnológica.
GCAP, el otro gran programa. Frente a la apuesta continental del FCAS, el Global Combat Air Programme (GCAP) reúne a Italia, el Reino Unido y Japón en torno a una filosofía distinta. Su avión tripulado se concibe como un “quarterback”, un coordinador capaz de liderar formaciones y orquestar operaciones junto a drones y otros sistemas. El diseño se apoya en cinco pilares de carga útil: armamento, sensores, conectividad, capacidades no cinéticas y computación. Según sus promotores, no pretende sustituir al F-35, sino complementarlo y garantizar que las fuerzas aliadas dispongan de un nodo avanzado en entornos muy disputados.
Italia, Reino Unido y Japón impulsan el GCAP, un programa de sexta generación centrado en interoperabilidad global
Uno de los principales puntos de fricción está en cómo se reparte el trabajo. Lo previsto era un esquema equilibrado entre Francia, Alemania y España, pero en Berlín generó indignación la información publicada por medios especializados según la cual Dassault reclamaba hasta un 80% de la carga del NGWS. La compañía francesa lo ha negado, aunque insiste en que necesita más margen de decisión para evitar retrasos. Alemania defiende que el contrato debe cumplirse y que el reparto siga siendo equitativo, mientras España se alinea con esa misma postura.
Plan B en Berlín. La frustración alemana se traduce en movimientos discretos para explorar alternativas. Según el mencionado medio, el Ministerio de Defensa planteó a Airbus la posibilidad de abrir el proyecto a Suecia, apoyándose en la experiencia de Saab con el Gripen, o incluso al Reino Unido, que lidera el GCAP. Otra opción es avanzar de la mano de España si Francia se mantiene enrocada. La Fuerza Aérea alemana, la Luftwaffe, ha informado de estos debates al Bundestag, el parlamento federal, donde ya se advierte que la decisión de seguir o no con el FCAS no puede demorarse mucho más.
El FCAS busca un sistema europeo de combate colaborativo con cazas, drones y nube militar totalmente integrada
Qué se juega España. La aportación española se canaliza a través de Indra, que busca reforzar su papel en tecnologías críticas del programa. En público, Berlín ha remarcado que mantiene plena coincidencia con Madrid en el reparto del trabajo y la visión del proyecto. La sintonía se escenificó la semana pasada, el 28 de septiembre, cuando Pedro Sánchez y Friedrich Merz comparecieron juntos en la Moncloa y el mandatario alemán hizo referencia al FCAS en respuesta a una pregunta de la prensa.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el canciller alemán, Friedrich Merz, en una conferencia conjunta el 18 de septiembre
“Compartimos la opinión de que la situación actual no es satisfactoria porque no avanzamos. Los dos [Merz y Sánchez] estamos hablando con el gobierno francés y ambos queremos lo antes posible que se alcance una solución. Hay un acuerdo entre Francia, Alemania y España sobre este proyecto. Los dos sabemos que necesitamos este tipo de proyecto, pero no podemos seguir como se está haciendo ahora”.
Tres escenarios sobre la mesa. Según el mencionado medio, el futuro inmediato del FCAS se juega entre tres caminos. El primero, alcanzar un acuerdo con Francia para desbloquear la gobernanza y pasar a la siguiente fase. El segundo, abrir la puerta a nuevos socios como Suecia o el Reino Unido, con todo lo que implicaría en términos de integración y solapamiento de programas. El tercero, avanzar con un núcleo reducido en el que Alemania y España asuman el liderazgo si París se mantiene firme. Cada opción implica riesgos industriales y políticos distintos.
Las próximas semanas serán decisivas. En octubre está prevista una reunión de ministros de Defensa de España, Alemania y Francia para revisar el estado del programa. Todas las miradas estarán también puestas en el representante francés. Si impulsa un compromiso con Airbus, el FCAS podrá avanzar; si no, las alternativas ya esbozadas por Alemania cobrarán más fuerza.
Imágenes | Airbus | La Moncloa
En Xataka | Las aerolíneas han invertido millones en entretenimiento. Los pasajeros lo usan para ver un icono de avión moviéndose lentamente